Mientras en aplicaciones como WhatsApp o Signal el cifrado de extremo a extremo está configurado por defecto, en el caso de Telegram no es así, sino que se debe recurrir a los “chats secretos” para poder hacer que los mensajes sean ilegibles para cualquier persona, incluida la misma empresa.
Dentro de esta app prolifera contenido desinformativo o discursos de odio, debido a la herramienta de canales, en donde un grupo de personas pueden distribuir aquellos contenidos de los cuales son partidarios sin la injerencia de algún externo que lo refute o destaque que se trata de desinformación.
WhatsApp, por ejemplo, ha implementado etiquetas de reenvío para detectar cuando un mensaje ha sido difundido en cadena. Si el mensaje fue distribuido más de cinco veces, muestra una doble flecha para dar una alerta de que es un contenido altamente reproducido y se debe tener ojo crítico al leerlo o compartirlo.
Telegram, por otra parte, actúa sobre los canales e intenta eliminarlos proactivamente; sin embargo, esta estrategia no ha funcionado del todo. Luego del asesinato de tres jóvenes en Southport, al norte de Inglaterra a finales de julio pasado, se dio a conocer que extremistas habían utilizado canales de Telegram para fomentar el odio contra los musulmanes.
Según el estudio del Institute for Strategic Dialogue, un grupo de expertos antiextremismo, la app se utilizó para distribuir ubicaciones, objetivos y consejos antimusulmanes y antimigrantes en, por lo menos, 16 canales de la plataforma.
Cuando se cuestionó a la empresa por su implicación en este caso, un vocero de Telegram dijo que los moderadores estaban “monitoreando activamente la situación y eliminando canales y publicaciones que contienen llamados a la violencia”, además de usar sistemas basados en personal, Inteligencia Artificial e informes de los usuarios.
No obstante, este no ha sido el único caso relevante en donde se nota la importancia de Telegram. Tras el asalto al Capitolio de los Estados Unidos en enero de 2021, la plataforma tuvo una subida de usuarios mayor al 700% respecto al año anterior y ha sido una de las principales opciones para los grupos extremistas para difundir sus ideas.