¿Se repetirá la historia del sector de programación?
Hace apenas una década los desarrolladores de software eran considerados inmunes a la automatización. Sin embargo, con la llegada de herramientas como GitHub, Copilot o ChatGPT, gran parte del código repetitivo y de las tareas de depuración se automatizaron, desplazando a los perfiles más junior y redefiniendo la demanda laboral.
En julio de este año, Danny Wu, director de productos IA de Canva, dijo a Expansión que la implementación de IA en este tipo de roles no significa su desaparición, pues sigue habiendo habilidades técnicas y más profundas que se necesitan de su parte.
Es decir, los programadores que conservan su valor son aquellos capaces de dirigir o supervisar la inteligencia artificial, no quienes repiten comandos.
Si la iniciativa de HSBC y el proyecto Mercury logran demostrar que la IA y el cómputo cuántico pueden construir modelos financieros, proyectar escenarios y presentar informes con precisión y consistencia, el trabajo de miles de analistas podría transformarse en cuestión de meses.
En lugar de construir hojas de cálculo, los analistas del futuro podrían enfocarse en diseñar y supervisar los sistemas que las generan. Eso sí, la alfabetización en inteligencia artificial y en cómputo avanzado se perfila como una habilidad tan esencial como el conocimiento contable o estadístico.
HSBC, por ejemplo, ya comenzó a ofrecer programas internos de capacitación en tecnologías emergentes para su personal, incluyendo módulos sobre fundamentos de cómputo cuántico y automatización.
Si el resultado de la automatización en el sector financiero sigue la misma línea que en la programación, la pregunta no es si la automatización reemplazará a los banqueros junior, sino cuándo y qué nuevos roles surgirán a partir de esa transformación.