Mashpi Lodge en Ecuador, ¿la forma más sostenible de vacacionar en la selva?
Construir un resort en medio de un bosque no es nada nuevo. Pero pocos pueden presumir las credenciales en materia de sostenibilidad que tiene este hotel en Suramérica.
Ubicado a 950 metros sobre el nivel del mar en el bosque ecuatoriano de Mindo, a tres horas en auto de la capital Quito, Mashpi Lodge está diseñado para mezclarse perfectamente en uno de los lugares de mayor biodiversidad del planeta.
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En la reserva de 1,200 hectáreas, los huéspedes pueden observar el baile de cortejo del pájaro manakin, caminar hacia cascadas de 58 metros de altura, subir a una plataforma de observación entre las copas de los árboles o avistar la especie de rana Mashpi de Torrente, descubierta por un equipo de científicos del hotel.
"La idea es que tienes una simbiosis con toda esa naturaleza y te conviertes en parte de ella", dijo a CNN Alfredo Ribadeneira, arquitecto líder detrás de Mashpi Lodge.
Comunión con la naturaleza
El hombre detrás de Mashpi Lodge es el empresario ecuatoriano, ambientalista y exalcalde de Quito, Roque Sevilla.
Una empresa maderera había adquirido anteriormente el sitio, que Sevilla compró hace 11 años para salvar el bosque y sus habitantes. Después de dos años de trabajos de construcción y10 millones de dólares, el hotel abrió sus puertas en 2012.
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"Creo que Mashpi Lodge es un caso muy especial cuando se trata de los numerosos eco-resorts alrededor del mundo", señala Sevilla.
"(La protección de la zona) es un esfuerzo continuo y todavía estamos trabajando en la compra de más tierras para que podamos garantizar 100% la protección contra la tala, la agricultura y la minería".
"La idea era crear una burbuja de confort en medio de la selva", explica Ribadeneira. "El verdadero lujo es la posibilidad de ser parte, como espectador, de esta red de vida".
"El tiempo para hacer todos los cimientos fue muy largo", detalla Ribadeneira. "En otro sitio, simplemente cavas profundo y colocas los cimientos. Y eso es todo." Pero Ribadeneira y su equipo tomaron todas las providencias para no molestar al bosque.
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Por ejemplo, la empresa maderera había dejado una plataforma donde almacenaba la maquinaria. Ribadeneira decidió ubicar el hotel allí: no sólo tenía amplias vistas, sino que tampoco requería la tala de árboles, ya que la vegetación del sitio ya había sido removida.
"Si caminas alrededor no verás escombros de la obra", dijo Marc Berry, gerente general del hotel. "Somos muy respetuosos con el bosque".
Perdidos en la selva
Se han empleado líneas verticales en todo Mashpi Lodge para reflejar la estética del bosque.
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"Tratamos de hacer todos los elementos verticales de la estructura muy delgados y altos, con el objetivo de conseguir una proporción similar a los árboles cercanos", explica Ribadeneira.
Otra forma de incorporar el bosque al interior fue el uso de vidrio, hay enormes ventanales en las habitaciones, por ejemplo.
"El vidrio refleja la selva, el cristal te permite verla desde las ventanas, lo que genera una magnífica relación con el exterior", añade Ribadeneira.
Además, el hotel fue construido en tres niveles para ofrecer una vista en capas del bosque.
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El nivel del suelo, donde se encuentran la entrada y las zonas comunes, ofrece vistas de dos cordilleras laterales.
La mayoría de las habitaciones ocupan los dos pisos superiores, con vistas hacia los puntos más altos del bosque.
"En un momento... estás a nivel del suelo con las bases de los árboles muy cerca de ti, y al momento siguiente estás prácticamente dentro del follaje de la selva.
"La sensación que esto genera es muy interesante", comenta Ribadeneira.
En términos más prácticos de sostenibilidad, Mashpi Lodge ha estado funcionando con hidroelectricidad durante el año pasado.
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Mientras tanto, el 75% de la propiedad tiene luces LED de eficiencia energética. El alojamiento obtiene su agua de los ríos locales y la trata en una planta de agua natural en el sitio, las cajas usadas se reciclan para cubrir con su madera caminos resbaladizos.
Los locales cultivan productos orgánicos - frutas y corazón de palmito - para la cocina del hotel, reduciendo la huella de carbono de la propiedad.
Si lo construyes, vendrán
Ribadeneira admite que el proceso de construcción fue un desafío. "Al principio, cuando el hotel aún no estaba habitado, el reflejo de la selva en las ventanas hacía que los pájaros se estrellaran contra el cristal", dice.
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El equipo niveló las ventanas en ángulos diferentes para que los pájaros no se golpearan.
El transporte de materiales al lugar y la construcción del edificio también fue difícil.
"Normalmente, se trabaja con materiales que están cerca, en este caso, el lugar es tan complejo que es muy difícil pensar en conseguir los materiales".
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Para evitar molestar a la vida silvestre, los arquitectos usaron vehículos pequeños y mucha mano de obra, en lugar de camiones. Partes del edificio fueron construidas fuera del sitio y luego montadas una vez allí.
"Tienes que ser muy, muy silencioso y no puedes tener camiones enormes, grúas y todas esas cosas", explica, o la vida silvestre que la propiedad quería exhibir habría huido para siempre.
De hecho, una disminución inicial de la biodiversidad resultó inevitable.
"Los animales se fueron - pero después de un par de años todos volvieron otra vez", dice Ribadeneira. "Eso fue algo muy bueno."
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Como Mashpi Lodge recibe unos 2,200 huéspedes al año, parece que sus esfuerzos han dado frutos.
"Ecuador tiene mucho que ofrecer, pero esto parece un poco especial en términos de cómo puede uno acercarse al bosque y cómo se puede ver un poco más de Ecuador", dijo el huésped Michael Bloy a CNN.
"La gente suele pensar en Ecuador como las Galápagos o la selva tropical. Creo que la gente conoce poco esta parte, así que sería una manera encantadora de venir a verla".