Bienestar diseñado a la medida
¿Cuánto puede correr un jugador de futbol? Al parecer, ya se puede saber, con tan solo una muestra de saliva, cuánto puede llegar a correr Miguel Layún en un partido, siempre y cuando reciba el tratamiento adecuado según sus variaciones genéticas. O también podría saberse qué tan proclive es a lesionarse Hirving Lozano y qué tipo de ejercicios le ayudarán a fortalecerse. Las pruebas genéticas ya están en algunas selecciones de futbol, incluida la Selección Mexicana.
Los jugadores mexicanos aportan una muestra de su información genética, esta se envía a un laboratorio en Estados Unidos, un grupo de genetistas interpreta las principales variantes genéticas y le dan una síntesis al entrenador, para que con sus preparadores físicos y sus nutriólogos tome las decisiones de alimentación y ejercicios. Es tal el grado de avance de la ciencia, que lo único que falta en ese proceso es saber quién será el nuevo director técnico.
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El análisis de ciertas variantes genéticas, conocidas como snips (por las siglas en inglés SNP de polimorfismo de nucleótico único), permite prever ciertas condiciones físicas de un individuo. Los genetistas se han concentrado en analizar solo unas cuantas, dado que hay alrededor de 10 millones en el genoma humano. Como explica la genetista Cristina Boullosa, si el genoma humano fuera un archivo de documentos, el análisis de los variantes sería como ir a buscar una letra dentro de una página, en cierto documento de una carpeta en especial.
Con los estudios disponibles al momento, cuenta Boullosa, de la empresa Nutrición en Movimiento, se puede calcular qué tan eficaz es la respuesta del sistema inmune de un individuo frente a algunas enfermedades, o si está mejor o peor preparado para procesar la glucosa en la sangre, para eliminar el exceso de sodio o para obtener en forma adecuada energía de los carbohidratos. También podrían llegar a encontrarse algunos patrones de comportamiento, porque ciertas variantes genéticas están más relacionadas que otras con algunos trastornos, como el obsesivo compulsivo o con la capacidad de tener un mayor o menor autocontrol de los impulsos.
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¿Es como en aquella película de Tom Cruise, Minority Report, en la que detectaban a los criminales aun antes de que cometieran un delito? No es así, aclara Boullosa, solo se detectan los factores que predisponen a ciertas condiciones y con esa información se permite actuar a tiempo. En Estados Unidos y el Reino Unido ya hay varios laboratorios que ofrecen las pruebas genéticas, para determinar ciertas condiciones de salud. Entre los más conocidos está 23andme.com y uno especializado en futbol, soccergenomics.com. En México, hay algunos centros de nutrición que usan estos análisis para saber si recomiendan más o menos carbohidratos a pacientes, que están dispuestos a pagar entre 7,000 y 15 mil pesos (400 u 800 dólares) por la prueba, de acuerdo con el grado de profundidad.
Estas pruebas podrían llegar a un mayor porcentaje de la población, más allá de pacientes que buscan bajar de peso para verse mejor o de selecciones que quieren jugar el quinto partido. La Fundación Carlos Slim ya tiene, junto con el Broad Institute, una iniciativa de medicina genómica para México, en el que se buscará desarrollar tratamientos y medicamentos específicos para las variantes genéticas más comunes entre los mexicanos.
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La investigación tendría que resultar en tratamientos más personalizados, según explica Roberto Tapia-Conyer, director de la Fundación Carlos Slim. El bienestar de la población mexicana dependerá de que se encuentre la manera de tratar en forma masiva enfermedades que requieren tratamientos especiales según el tipo de individuo, porque en México cada vez se extienden más las enfermedades crónico degenerativas, como la diabetes, la hipertensión o el cáncer.
Tratamientos personalizados
Mientras tanto, una empresa fundada en México por la colombiana Juana Ramírez encontró un dolor común entre los pacientes de estas enfermedades crónico degenerativas, en especial el cáncer, pero también la diabetes: el tratamiento es demasiado complicado, requiere la atención de muchos médicos y tiene un alto costo emocional. “Más de 50% de las mujeres con cáncer son abandonadas por sus parejas”, estima Ramírez, Y no es que los hombres sean insensibles, sino que el tratamiento y el proceso suelen ser difíciles de enfrentar. Muchas veces, “una mujer con cáncer de mama es una mujer mutilada”, explica.
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En el caso de la diabetes, una persona que la padece tiene que cambiar los hábitos de alimentación y no siempre tiene el apoyo ni la comprensión de su familia, que sigue comiendo igual que antes. En estas enfermedades, los pacientes necesitan acompañamiento y eso es justo lo que no están consiguiendo. Por eso la empresa de Ramírez, Sohin, ofrece un servicio de concierge, que va desde los 600 pesos mensuales, para acompañar al paciente, atender sus preguntas, darle apoyo psicológico en sus crisis y coordinar las citas con los diferentes médicos tratantes.
Sohin también tiene una prueba genética para ayudar a las pacientes con cáncer a determinar qué tipo de tratamiento les funcionará mejor. Poco menos de la mitad de las pacientes con cáncer de mama no requieren el tratamiento con quimioterapia y eso se puede detectar con el estudio llamado Mama Print, asegura Ramírez. En ausencia del diagnóstico, todas reciben quimioterapia.
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¿Cómo se puede masificar un servicio que necesita ser individualizado? Tal vez la respuesta esté en la inteligencia artificial. Por lo pronto, también en México, otro colombiano, Javier Cardona, desarrolló 1doc3.com, un sitio que dirige las preguntas de salud a profesionales. Las preguntas son analizadas por aplicaciones de inteligencia artificial desarrolladas por IBM para dirigirlas al profesional adecuado. La intención también es analizar qué tipo de preguntas son más frecuentes y llevar esa información a todo el sistema de salud de prevención.
La inteligencia artificial permitirá analizar toda la información que generan las aplicaciones de salud y los dispositivos móviles que ya usan los pacientes. Por ejemplo, el monitoreo de la glucosa en la sangre puede ayudar a determinar el tipo de dieta recomendada para un paciente de diabetes en particular. “Con tecnologías de internet de las cosas se puede capturar el estado del paciente día con día, las métricas sobre su consumo de azúcar, avisarle a él y a su doctor si tiene alguna desviación de los niveles esperados para modificar el tratamiento lo más rápido posible o evitar una crisis”, explica Martha González, directora para América Latina del sistema de inteligencia artificial de IBM, Watson.
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La oportunidad para los hospitales, médicos y emprendedores estará en crear soluciones de inteligencia artificial. Las herramientas digitales permitirán a los médicos expertos atender a más pacientes, explica González: “Ayudarle al doctor para que tenga la herramienta digital y así atienda a más pacientes con más calidad, tendrá un impacto positivo”.
La inteligencia artificial ayuda a analizar información no estructurada, es decir que no está en un formato que pueda leer e interpretar un programa común de cómputo. Con la debida programación, o entrenamiento de los bots, como se le dice en inteligencia artificial, se pueden interpretar desde exámenes de laboratorio hasta la fotografía del desayuno que tomó el paciente que tuvo una alza en la glucosa.
La tecnología promete entonces ayudar en la mejora del bienestar de un mayor porcentaje de la población. En Diálogos Expansión sobre bienestar se analizan los avances en diferentes campos, desde las experiencias de Kellogg, American Express y la Fundación Carlos Slim. Y según varios sitios sobre deportes, Miguel Layún corrió cerca de 11 kilómetros en el partido contra Alemania del más reciente Mundial.