Los empleados del IMSS con los que el can convive se han encariñado con él y como parte del equipo del Seguro Social incluso cuenta con su “credencial” de empleado.
Originalmente, Cuco llegó al Hospital 25 del IMSS, en la Calzada Ignacio Zaragoza; “la procesión siguió y él se quedó a apoyar a los vigilantes”, señala el IMSS.
Cuando se llevó a cabo la demolición del lugar, el perrito fue adoptado y adiestrado por trabajadores de la delegación Norte del Instituto.
“Hubo una cooperación con varios trabajadores de la delegación, se pagó para que lo adiestraran, le pusieron las vacunas. El nombre de Cuco era el que originalmente venía desde la caravana, por eso se le mantuvo”, detalla José Jenaro Olguín Avilés, jefe de Servicios y Administración de la Delegación Norte del IMSS.
Agrega que en la pandemia Cuco visitó los hospitales 24, 27, 41 y 48, donde acompañó a los familiares de pacientes covid.
“Los familiares se relajaban, se les quitaba lo irritado, lo frustrado de ver al paciente, y luego cuando les avisaban a los familiares de los pacientes que los iban a intubar, lo acariciaban más”.
También se intentó que el lomito fuera entrenado para detectar pacientes covid, pero no fue posible por “las características de raza, su olfato y la edad”.