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OPINIÓN: La antesala al 2018

Sin ninguna duda, lo que vivieron los mexiquenses, fue también antesala de lo que viviremos el año entrante en la elección presidencial.
jue 08 junio 2017 11:31 AM
Elecciones
Elecciones Actualmente no existen límites efectivos para fiscalizar cuanto pudieron gastar los candidatos. (Foto: CARLOS JASSO/REUTERS)

Nota del editor: Armando Ríos Piter es senador independiente de la República por el estado de Guerrero. Actualmente preside la Comisión de Población y Desarrollo del Senado. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) — Terminadas las elecciones del pasado 4 de junio, el PRI, PAN, PRD, Morena, dejaron en evidencia que las campañas se siguen basando en el derroche de dinero. Convirtieron a las entidades en verdaderas arenas salpicadas de lodo. No dejaron de lanzar acusaciones que fueron desde la corrupción, hasta la ineptitud de los distintos contendientes. Prevalecieron las descalificaciones sobre quién representaba la peor opción, relegando el camino de las propuestas.

En menor o mayor medida, todos los partidos participaron en excesos. Las propuestas fueron prácticamente las mismas. Acudieron al dicho popular: “prometer no empobrece…”

OPINIÓN: Vanguardia y retaguardia

Si algo nos dejó claro, es que no se puede seguir haciendo política con tanto dinero. Deberíamos ser capaces de dejar en el pasado la compra de votos, el culto a la personalidad y el agandalle. Estos comicios fueron un laboratorio de cómo puede ser el 2018, y si los ciudadanos van a aceptar que se repitan estas condiciones.

Pareciera que nadie prestó atención al hartazgo popular; ese que hace un rato comenzó a dar muestras de repudio al sistema político mexicano, lleno de vicios, corrupción e impunidad. Las campañas evidenciaron que se pretende continuar como siempre, encaramarse en el puesto y despreciar como siempre a la ciudadanía a la hora de montarse en la silla.

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Lee: El PRI retiene el Edomex con un millón de votos menos que en 2011

El recurso que aprobó el organismo electoral se convirtió en el cómplice más eficiente para la adquisición y reparto de electrodomésticos, pulseras con USB, dinero en efectivo y mayores dádivas para votantes privilegiados.

Se dice que por cada peso público, hubo cinco pesos que aportaron compadres, amigos, empresarios y hasta grupos delincuenciales, que también invierten y esperan una retribución multiplicada si su gallo resulta ganador.

Debemos detener la cadena electoral de las seis C: Corrupción que opera en Campañas políticas que a través de enormes cantidades de dinero Compran votos, generan Clientelas, para después entregar Contratos a los Compadres, que incluso, en no pocas ocasiones, conviven o integran el crimen organizado. El ciclo del crimen, dinero y política debe acabar.

OPINIÓN: Los gastos absurdos que perturban a la política

Actualmente no existen límites efectivos para fiscalizar cuanto pudieron gastar los candidatos. Tan solo este año, las elecciones locales en Veracruz, Estado de México, Coahuila y Nayarit costaron más de 25,000 millones de pesos (casi el total del presupuesto en 2017 destinado a la ciencia y tecnología en el país).

Estas dádivas seguramente se pagarán de regreso. Si no fuera así, cómo entender que 14 gobernadores, provenientes de todos los partidos políticos, enfrenten o hayan enfrentado recientemente investigaciones por desvío de recursos.

Lee: 4 claves sobre la captura del exgobernador Roberto Borge

Si hablamos del caso del Estado de México, se presentó un estudio elaborado por una legisladora que dice que con los 285.5 millones de pesos de cada candidato, podrían adquirirse 17 millones 812 kilos de frijol. Se podrían construir 1,140 casas de interés social. Podrían comprarse y obsequiarse 25 millones 909 kilos de arroz. Más de 20 millones de kilos de tortilla. Imaginemos que tanto se podría hacer con la suma total gastada por cada partido para empujar a sus candidatos.

En el caso del PRI, arreció el funcionamiento de sus programas sociales en un momento en que más bien debió frenarlos para transparentar lo que significa su propia campaña. Lejos de reprobar el hecho, su candidato lo justificó, supuestamente porque se trataba de apoyos a la ciudadanía que no pueden parar. Pero en este asunto participaron muchos funcionarios conocidos, porque el pastel debe quedar entre ellos, seguramente en espera de uno más grande.

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Sin ninguna duda, lo que vivieron los mexiquenses, fue también antesala de lo que viviremos el año entrante. Si ahora se gasta tanto para elegir a un individuo en un solo estado, ¿cuánto esperamos que gaste cada partido el próximo año?

Hay 25 millones de hombres y mujeres, de una generación transformadora, que exigen otro tipo de hacer política, que quieren un plan de trabajo claro, con visión de futuro y donde participen de manera colectiva y activamente, para que no sigan prevaleciendo los políticos gandallas que después no cumplen.

Las elecciones terminaron, pero deben servir como lección de todo lo que debemos evitar en 2018. El único antídoto para este veneno, será que la ciudadanía tome conciencia, y que exijan, organizados, una dinámica distinta. Tenemos 365 días para evitar que estos males se repitan el próximo año.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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