4. No ser conscientes de sus patologías
Todos aportan un bagaje emocional al trabajo: neurosis, ira, autodesprecio, paranoia, sentirse como un impostor ... la lista es larga.
Pero los presidentes ejecutivos que no se dan cuenta de cuáles son sus disparadores emocionales pueden causar mucho daño.
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“Como CEO, puedes lastimar a muchas personas. Tus patologías casi siempre jugarán un papel importante en una mala decisión”, dijo Carucci. “Si eres malhumorado como gerente intermedio, cubrirás con una gran nube la compañía como CEO”.
Y si un presidente ejecutivo es un narcisista de clóset, o simplemente está convencido de que siempre tiene la razón, corre el riesgo de distanciar a su equipo ejecutivo, dijo la asesora ejecutiva y psicóloga Cindy Wahler.
Entonces, ya sea que un CEO tome el crédito por tu trabajo o simplemente ignore tus consejos, eso crea un problema de moral y de retención debido a que los ejecutivos de la alta dirección quieren ayudar a dar forma al futuro de la empresa.
“Están allí por su experiencia. Si no son incluidos, no se sentirán valorados”, dijo Wahler.