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El futbol como una plataforma de empoderamiento femenino

Una organización sin fines de lucro se transformó en una empresa social que busca generar espacios en donde niñas y adolescentes practiquen fútbol, sintiéndose cómodas y bienvenidas.
dom 20 noviembre 2022 09:08 AM
Chicas Unidas
La creación fue motivada por un grupo de entre 60 y 80 chicas que cada jueves se reunía para jugar.

Para una “cascarita” solo se necesita un balón y la portería puede ser meramente improvisada. El fútbol, desde la perspectiva de Romina Calatayud, fundadora y CEO de Chicas Unidas, además de ser un deporte, es un icono universal en la sociedad, que también puede convertirse en una herramienta para el cambio y la paridad de género.

Un grupo de entre 60 y 80 mujeres se reunía todos los jueves en Bacalar, Quintana Roo, para jugar fútbol. Aunque el lugar tenía una portería “casi cayéndose”, según narra Calatayud, había, y en exceso, mucho entusiasmo por encontrase para compartir un partido. En ese momento fue cuando surgió la idea de crear Chicas Unidas.

El primer club de Chicas Unidas surgió en Bacalar y actualmente, la firma cuenta con seis de estos, tres en México y dos en Inglaterra, pues Calatayud encontró la manera de convertir "el típico deporte masculino" en una forma de empoderamiento femenino.

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Durante su etapa universitaria, en el King’s College de Londres, Calatayud fue la capitana del equipo de fútbol femenil de aquella institución, misma que, años más tarde, en 2016, aceptaría poner en marcha el proyecto Chicas Unidas.

La idea, que surgió como una organización sin fines de lucro, se transformó en una empresa social. El concepto se basa en la creación de espacios en donde niñas y adolescentes practiquen fútbol, sintiéndose cómodas y bienvenidas, pues esta actividad siempre ha sido marcada por estereotipos de género.

Calatayud jugaba futbol con su hermano y sus primos en sus ratos libres, y continuó haciéndolo durante su adolescencia. Pero a lo largo de los años los espacios para niñas y adolescentes amantes de este deporte eran limitados, casi escasos.

“Conviví con otras mujeres y niñas que tenían la misma historia, que amaban el fútbol pero tenían que pelear su espacio en la cancha, e incluso, en algunas ocasiones, algunas tenían que vestirse como niños para poder estar en estos espacios”, señala en entrevista con Expansión.

Una herramienta de empoderamiento femenino

Calatayud encuentra en el fútbol diferentes cualidades que pueden traer consigo un cambio a través del empoderamiento femenino, por medio de la confianza en sí mismas y creando lazos.

“Cuando empezamos a desarrollar estos espacios vimos ese poder: el juego en equipo, luchar por una meta en común, el diseño de estrategias, la constancia. Cosas que un deportista de manera intrínseca vive y que terminan sirviendo para la vida diaria”, añade.

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Calatayud lanzó el primer club de la firma en su lugar de origen, Bacalar, el cual tuvo en el primer entrenamiento una llegada de 100 niñas. Al día de hoy, cuenta con seis clubes: tres en México y tres en Inglaterra.

Desde su creación, Calatayud ha trabajado con más de 3,000 niñas y formado a más de 150 entrenadoras y entrenadores, en su mayoría mujeres. Para el año entrante, la firma contempla inaugurar su séptimo club para el año entrante en Iztapalapa, Ciudad de México, teniendo como objetivo expandirse lo mayor posible.

Un estudio de la consultora EY destaca la relación intrínseca entre el deporte y el crecimiento profesional. "Ya sabemos, por ejemplo, que la participación en el deporte puede ayudar a las mujeres a romper el techo de cristal y encontrar un asiento en las filas ejecutivas”, agrega el estudio.

Pese a todo, el fútbol femenil no genera el mismo impacto que el varonil. Una prueba de ello, es que la Copa Mundial Femenina de Fútbol en 2019 le dejó a Francia, el país sede, una derrama económica de 284 millones de euros según un informe su federación de fútbol. Del otro lado, la última Copa Mundial de Fútbol varonil en 2018, en Rusia, dejó una derrama de 14,468 millones de dólares, según la FIFA.

Si bien, Calatalayud observa un mayor interés por el fútbol femenino en los últimos años, resalta que en México y en el mundo, falta motivar el apoyo que generan los partidos varoniles, tanto en lo anímico como en el terreno de las inversiones y los patrocinios.

“El paso que sigue es que a nivel sociedad, a nivel comunidad, empecemos a valorar a las futbolistas de la manera en la que se valoran a los hombres, que entendamos que si México juega, no importa si es la selección femenil o varonil. Es la misma emoción, requiere el mismo nivel de inversión, desde las federaciones, requieren la misma inversión y la misma atención. Necesitamos ese cambio”, agrega.

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