Su conocimiento pasó del manejo de números a ser un estratega en manejo de datos y análisis para el funcionamiento óptimo de un negocio. Eso lo llevó a cofundar, junto con René Martín, CONTPAQi, una empresa de software contable que aligera la carga de trabajo de los contadores públicos.
“(Gracias a nuestra plataforma) hoy los contadores ya pueden descansar cuando vienen las declaraciones anuales”, dice De Alba.
Cada día, emergen nuevas herramientas que permiten automatizar todo tipo de tareas contables rutinarias y predecibles, desde la emisión de facturas hasta la generación de estados financieros. Aunque estas herramientas podrían parecer reemplazar la labor de los contadores, la profesión contable no se limita únicamente al registro de datos financieros, sino que abarca aspectos vitales de la gestión empresarial.
“La contabilidad se entrelaza con la administración y el flujo de efectivo, proporciona una visión integral de la salud financiera de una empresa. Incluso con la automatización de tareas contables básicas, la interpretación de estados financieros y la defensa fiscal requieren la intervención humana y el juicio profesional de los contadores”, añade Bertha Limón, socia de CONTPAQi.
El nuevo rol del contador público
En medio de la revolución tecnológica impulsada por la inteligencia artificial (IA), la profesión contable enfrenta un cambio en su rol y relevancia. Hoy, las personas ya pueden emitir facturas y hacer sus declaraciones. Incluso las compañías, sin importar su tamaño, pueden optimizar sus procesos administrativos, como los trámites bancarios, el pago a los empleados, la contabilidad a fin de mes y hasta sacar sus previsiones con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Aunque áreas especializadas como la auditoría y la consultoría seguirán demandando la intervención humana, los contadores como se conocían hace unos años sí están en peligro de extinción.
René Martín, presidente de CONTPAQi, sostiene que aunque la IA no reemplazará el libre albedrío inherente a la profesión contable, sólo los profesionistas que se adapten y utilicen la IA para agregar valor a sus clientes serán los que prosperen.
Esto ocurre porque el contador público está asumiendo un rol más estratégico que pasivo. Según Martín, uno de los cambios más importantes que se avecinan es la automatización de tareas operativas para los contadores. Esta evolución busca liberar el tiempo de los profesionales contables de las tareas rutinarias, para que puedan enfocarse en análisis estratégico y asesoramiento empresarial.
Entre estas tareas operativas se encuentra el cálculo de impuestos y otras actividades que, aunque necesarias, no agregan valor directo a los resultados de una empresa. La meta es transformar al contador en un asesor más intelectualizado, capaz de orientar a las empresas en la toma de decisiones estratégicas.
“En lugar de simplemente resolver problemas con el SAT, el contador del futuro se convertirá en analista de datos y un socio estratégico, que es capaz de identificar oportunidades de crecimiento y optimización de recursos”, dice el presidente.