¿Cómo funciona el ciclo del sueño?
De acuerdo con Healthline, tu ciclo de sueño está gobernado por dos mecanismos clave: el impulso del sueño y el reloj biológico. El primero, conocido como presión del sueño, se acumula mientras estás despierto. Cuanto más tiempo pases sin dormir, mayor será tu necesidad de descanso. Esta presión también puede aumentar por actividades físicas intensas o enfermedades.
Por otro lado, tu reloj biológico opera en un ciclo de 24 horas, alineado con los ritmos naturales del día y la noche. Este regula funciones como la liberación de hormonas y la temperatura corporal. Normalmente, ambos sistemas trabajan en conjunto para que te sientas despierto durante el día y somnoliento por la noche.
Si duermes en horarios irregulares o tomas siestas prolongadas, puedes desajustar este equilibrio. Por ejemplo, un estudio señala que una siesta en la tarde puede reducir la presión del sueño, dificultando que te duermas a tu hora habitual.
¿Qué papel juega tu reloj biológico?
El reloj biológico está controlado por el núcleo supraquiasmático (SCN), una pequeña estructura en el cerebro compuesta por 20,000 neuronas. Este núcleo regula la producción de cortisol y melatonina, hormonas clave para mantenerte despierto durante el día y ayudarte a dormir por la noche.
La luz es el principal regulador del SCN. Durante el día, la exposición a la luz solar estimula la producción de cortisol, lo que incrementa tu estado de alerta. Por la noche, la oscuridad activa la liberación de melatonina, que alcanza su pico entre las 2 y 4 de la madrugada.
Cuando tu reloj biológico recibe señales contradictorias, como luz artificial antes de dormir, se altera su funcionamiento. Esto puede retrasar la producción de melatonina, afectando tanto la calidad como la cantidad de sueño que obtienes.