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Los bancos centrales están limitados para combatir una recesión

Tras recortar las tasas y acumular enormes balances a raíz de la crisis financiera, la Fed y otras entidades están limitadas para combatir un nuevo colapso económico.
lun 21 enero 2019 05:09 AM
Reserva Federal
Reserva Federal La Reserva Federal está deshaciéndose de algunos de los bonos que compró.

NUEVA YORK (CNN) - Si existiera una grave recesión en el horizonte, los bancos centrales del mundo podrían tener problemas para combatirla.

Los bancos centrales tomaron medidas dramáticas y poco ortodoxas para evitar el colapso económico durante la crisis financiera. Recortaron las tasas de interés y, en los años que siguieron, gastaron billones de dólares en bonos como parte de un esfuerzo por estimular el crecimiento.

Una década después, los bancos centrales globales están comenzando a revertir esas medidas.

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Las tasas de interés en las economías desarrolladas siguen siendo increíblemente bajas; en algunos lugares, incluso son negativas. La Reserva Federal (Fed) está deshaciéndose de algunos de los bonos que compró, pero los bancos centrales de Europa y Japón aún no lo han hecho.

La pregunta ahora es si los bancos centrales esperaron demasiado tiempo para elevar las tasas a niveles más normales, quedando desprevenidos ante la próxima crisis.

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“Si tenemos una recesión, creo que será peor de lo normal”, dijo Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard y execonomista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI). “Será más difícil responder”.

La política también está complicando la vida de los bancos centrales. En países como India y Turquía, han enfrentado amenazas de interferencia política, mientras que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha criticado repetidamente a la Reserva Federal.

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'Otra llanta ponchada'

Las perspectivas para la economía mundial se han debilitado significativamente en los últimos meses a medida que las tensiones comerciales han provocado que el crecimiento se desacelere en países como China y Alemania.

El FMI y el Banco Mundial (BM) redujeron sus pronósticos de crecimiento para 2019, y los expertos advierten sobre más afectaciones debido a las alzas en las tasas de interés estadounidenses, los conflictos comerciales y a riesgos geopolíticos como el brexit.

Nadie esperaba que el crecimiento global sincronizado continuara para siempre. Pero las acciones tomadas por los bancos centrales en los últimos 10 años podrían limitar su respuesta ante una fuerte desaceleración ahora.

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“Piense en un automóvil que circula por una carretera llena de baches sin llantas de repuesto. Realmente no quieres que se te ponche otra llanta”, dijo Mohamed El-Erian, el principal asesor económico de Allianz.

El-Erian dijo que la Fed, que elevó las tasas de interés cuatro veces en 2018, está en mejor forma que otros bancos centrales líderes. Pero su tasa de referencia —actualmente establecida entre 2.25% y 2.5%— sigue siendo históricamente baja, lo que limita el margen que tiene para recortar con el fin de estimular el crecimiento. “Incluso la Fed tiene menos flexibilidad que en el pasado”, dijo.

El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón están en peor situación. La tasa de préstamos clave del BCE es del 0%, mientras que su tasa de depósito es del -0.4%. En Japón, las tasas a corto plazo han estado en territorio negativo desde 2016.

“Están muy limitados en lo que pueden hacer”, dijo Rogoff.

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Municiones agotadas

Además, están las medidas sin precedentes de los bancos centrales de obtener billones de dólares en bonos después de la crisis para respaldar el crecimiento, una política conocida como flexibilización cuantitativa o QE, por sus siglas en inglés.

Estados Unidos apenas comenzó a reducir su balance de 4.5 billones de dólares en octubre de 2017, y aún mantiene aproximadamente 4 billones de dólares en títulos de deuda.

Aunque la Reserva Federal técnicamente podría volver a iniciar el QE, El-Erian dijo que tal programa “probablemente sea menos efectivo para promover un crecimiento sostenible”.

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Europa apenas finalizó su programa de QE en diciembre después de crear 2.6 billones de euros (3 billones de dólares) en dinero nuevo. Las tenencias totales en el Banco de Japón alcanzaron los 554 billones de yenes (5.1 billones de dólares) el año pasado, a medida que se mantuvo en modo de estímulo bajo la dirección del gobernador Haruhiko Kuroda. Esos activos valen más que toda la producción económica anual del país.

En pocas palabras, el sistema de bancos centrales se está “quedando sin municiones”, de acuerdo con Ed Yardeni, presidente de la firma de asesoría de inversiones Yardeni Research.

“Es posible que no tengan tantas balas o credibilidad para la próxima ronda”, dijo.

Política caótica

Además de estas difíciles condiciones, están las presiones políticas que podrían complicar la capacidad de algunos bancos centrales para mitigar o responder a una desaceleración.

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En diciembre, el gobernador del Banco de la Reserva de India renunció bruscamente después de que el gobierno del primer ministro Narendra Modi recurriera a él para hacer más para impulsar la economía antes de las elecciones.

La rápida designación de un exfuncionario del gobierno para ocupar su lugar avivó aún más los temores de una injerencia política.

A principios del año pasado, Turquía se halló en una crisis después de que su banco central se negara a elevar las tasas de interés a pesar de la creciente inflación, lo que a su vez hizo que la lira cayera en picada.

La decisión se produjo después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan indicara que quería tomar el control de la fijación de las tasas de interés, las cuales describió como “la madre y el padre de todos los males”.

En Estados Unidos, Trump ha reprendido públicamente al presidente de la Fed, Jerome Powell, por los aumentos de tasas. Trump incluso ha consultado a sus asesores sobre si tiene la autoridad legal para despedir a Powell.

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“Hay más y más ejemplos de cómo la independencia de los bancos centrales es algo que no está sucediendo, particularmente en lugares donde hay líderes populistas”, dijo Yardeni.

Las dudas sobre la independencia política de los bancos centrales, combinadas con su relativa falta de potencia, significan que tal vez no puedan salir al rescate en una recesión.

“Bien pueden existir límites a lo que puede lograr la política monetaria”, dijo Yardeni. “Y sería un error decirle al público que esta es capaz de solucionar todos nuestros problemas”.

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