Una regulación asimétrica bancaria es positiva, afirma Bx+
CIUDAD DE MÉXICO La bancos pequeños y medianos ven una banca con un esquema regulatorio asimétrico que dependerá de la actividad de cada institución financiera, señaló Tomás Ehrenberg, director general del grupo financiero Banco Ve por Más (Bx+).
“La regulación asimétrica podría favorecer la competencia en un ambiente donde hay una alta concentración en un grupo muy reducido de bancos”, dijo Ehrenberg en entrevista previa a la 82a Convención Bancaria que se celebra en el puerto de Acapulco.
Este grupo es conocido como el G7, que está integrado por BBVA Bancomer, Banorte, Citibanamex, Santander, HSBC, Inbursa y Scotiabank. Estas instituciones financieras concentran el 80% de los activos del sistema bancario nacional.
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Un ejemplo de la regulación asimétrica, según Ehrenberg, podría enfocarse en el índice de liquidez. Cada año, a los bancos que no están dentro del G7 se les pide mayor cantidad de dinero para enfrentar sus obligaciones. “Para los bancos grandes es pan comido pero para los medianos se puede convertir en un reto”, dijo el CEO de Ve por Más, banco que creció 60% sus utilidades en 2018.
El banco propiedad de la familia Del Valle esta dentro del grupo de instituciones financieras medianas y pequeñas que liderará Julio Carranza, directivo de BanCoppel. Este grupo tiene planeado dialogar con reguladores sobre éste y otros temas como el de su relación con banca de desarrollo y el impulso a la bancarización.
A diferencia de sexenios pasados, los banqueros ven en Adalberto Palma, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), un aliado para aterrizar una regulación asimétrica. Incluso algunos directivos de bancos citan una frase que le atribuyen al funcionario: “Legislación igual a bancos diferentes es legislación inequitativa”.
Crecimiento despejado
Al igual que la mayoría de los bancos del gremio, el grupo financiero Ve por Más estima que el motor del financiamiento continuará creciendo en México, a pesar de que el primer periodo del año tuvo un arranque con menor impulso. “Siempre los primeros sexenios son de crecimiento lento frente al último periodo del año”, dijo Tomás Ehrneberg.
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Sin embargo, en los primeros meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las tres principales agencias calificadoras, Moody's, Standard & Poor's y Fitch, han cambiado su perspectiva a negativa en torno a la calificación de México. Recientemente, el Consejo de Estabilidad Económica del Sistema Financiero advirtió que persisten riesgos a la baja para la actividad económica, entre ellos los relacionados con un posible retraso en la aprobación del acuerdo comercial alcanzado con Estados Unidos y Canadá y la marcada debilidad que ha venido mostrando la inversión en México.
Aún así, Ehrenberg descarta que México crezca menos de 1.6% y que pierda el grado de inversión, lo que ahuyentaría a inversionistas y desaceleraría el crecimiento del financiamiento.
En el transcurso de este periodo de arranque, el presidente lanzó el desafío de crecer 2% para este año, pese a que Bank of America Merrill Lynch, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y hasta el Banco de México recortaron, uno tras otro, sus pronósticos.
“Mientras la expectativa sea alta y el consumo siga creciendo vemos normalidad en la economía mexicana”, dijo el CEO del grupo financiero.