El Banco Central Europeo (BCE) volverá a relajar su política monetaria si no se acelera la inflación, dijo el martes el presidente de la entidad, Mario Draghi, en un anuncio que supuso una de las mayores reversiones en sus ocho años de mandato y generó la ira del presidente estadounidense, Donald Trump.
Tras cuatro años de un estímulo sin precedentes para revivir la economía de la zona euro tras su crisis de deuda, el BCE estuvo preparando a los mercados para un ajuste de su política -proceso calificado como "normalización"-, pero los conflictos comerciales mundiales frustraron sus planes en pocos meses.
El problema es que, con las tasas de interés en mínimos históricos y con un hoja de balance que ya trepó hasta los 4.7 billones de euros (5.3 billones de dólares), la munición restante del BCE es limitada, lo que generó dudas sobre la posible efectividad de cualquier medida nueva.