El 69% de los directores financieros estadounidenses encuestados por la Universidad de Duke prevén que Estados Unidos estará en recesión antes de que finalice 2020.
El lunes pasado, un monitor económico en tiempo real publicado por JPMorgan Chase fijó en un 45% la posibilidad de una recesión en Estados Unidos en un plazo de 12 meses. Ese porcentaje es mayor al 39% de hace un mes.
El multimillonario Jeff Gundlach dijo recientemente que cree que habrá un cambio significativo hacia una recesión en sólo seis meses.
El mercado de bonos podría ser aún más bajista (bearish). La curva de rendimiento —la brecha entre los rendimientos a corto y largo plazo— se ha invertido. En el pasado, ese ha sido un indicador confiable de recesión.
Lee: La economía vive su peor arranque y la industria entra en recesión
Encontrar el sentido a las tasas trastocadas
Entonces, ¿cuál es el mercado correcto: el mercado de valores alcista o el mercado de bonos bajistas?
“Ya lo descubriremos”, dijo Moynihan.
Aunque los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años han sufrido una “caída bastante dramática” en los últimos meses y la curva de rendimientos se ha invertido, Moynihan dijo que podría haber explicaciones más inocentes que una recesión inminente.
Señaló a las políticas de tasas de interés negativas en los bancos centrales extranjeros que han creado 11 billones de dólares en deuda de rendimiento negativo. Esa situación, que alguna vez fue impensable, ha conducido a los inversores a la deuda de Estados Unidos, que parece atractiva debido a la relativa fortaleza de la economía estadounidense.
“Por supuesto, la gente quiere venir y obtener 2.07% por un bono del Tesoro aquí contra los rendimientos negativos en otros países”, dijo Moynihan.
“La curva de rendimiento será un reflejo de conjuntar toda esa revoltura, no es la causa de esa revoltura”, dijo.
En otras palabras, los movimientos extraños en el mercado de bonos no provocarán una recesión. Podrían ser sólo un reflejo del extraño mundo de las tasas de interés negativas.