"Hay otros elementos que deben tomarse en cuenta en la determinación de la tasa de interés objetivo: el anunciado relajamiento de la política monetaria de los países avanzados y la notable desaceleración económica en el país. Estos factores abren un espacio para poder reducir la tasa de interés en 25 puntos base sin poner en riesgo ni comprometer el mandato fundamental del Banco de México", fueron las posturas de Esquivel para pedir un relajamiento monetario.
En junio, la inflación anual se ubicó en 3.95%, es decir que entró nuevamente en el rango objetivo del banco central.
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A diferencia de Esquivel, Alejandro Díaz de León Carrillo, gobernador de Banxico; y los subgobernadores Irene Espinosa Cantellano, Javier Eduardo Guzmán Calafell y Jonathan Ernest Heath Constable votaron a favor de dejar la tasa de interés en 8.25%.
Esta no es la primera vez que se hacen públicas las diferencias de Gerardo Esquivel con sus compañeros dentro del Banco Central, ya que en marzo pasado expresó su diferencia con el tono de la institución de ajustar "oportuna y firmemente" su política monetaria para evitar mayores alzas en los precios.
"Difiero tanto del tono restrictivo que lo caracteriza (el comunicado) como de la conclusión alcanzada sobre el balance de riesgos para la inflación", señala la minuta publicada en 11 de abril pasado.