Doble tributación
México tiene convenios tributarios internacionales en los que se establece que el impuesto pagado es definitivo para el pago que se tiene que realizar en el país donde se encuentra la matriz de las compañías: “por ejemplo, si Uber está pagando aquí (México) un impuesto ISR, en el país en el cual se encuentra la matriz ya no tendrá que pagarlo, se le toma a cuenta de las utilidades que tenga el corporativo”, explicó Siegfried Seedorf.
“Ahí hay otro problema, porque las empresas que están en más de 200 países y en cada uno existe una normatividad diferente. Por eso (los corporativos) están preocupados en lo que hay que hacer para cada país, para cada región del mundo”, expuso Bautista.
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No más números alegres
Ambos especialistas lamentaron que los legisladores tengan que hacer propuestas recaudatorias en medio de la desaceleración que enfrenta la economía nacional, cuando lo que se requieren son medidas para dar certidumbre a las empresas para que promuevan la inversión y el empleo.
“Si el Congreso sigue tomando decisiones sobre las rodillas, sin que de una certeza a los inversionistas, lo más seguro es que si a Uber o a Cabify no les parece esa decisión, pues se irán", dijo señaló Seedorf Fernández.
A más tardar el 8 de septiembre, la secretaría de Hacienda presentará la Lay de Ingresos 2020. Será entonces cuando se sabrá cómo es que los legisladores pretenden cobrar el impuesto a las tecnológicas.
Es posible que el gobierno no aumente los impuestos existentes y que no cree nuevos gravámenes. Sin embargo, podría reducir los montos de deducibilidad. “Al tener menos deducibles, en términos reales, pagaríamos más impuestos”, sostuvo Bautista.
Además, la propuesta del cobro de impuestos tendrá que ser analizada con cuidado, pues la promesa del hoy presidente de México deja poco margen al Poder Legislativo para la creación de un impuesto tecnológico o el aumento de los ya existentes.