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Trump puede llevar a Estados Unidos a una recesión autoinfligida

Una desaceleración puede avecinarse en Estados Unidos, causada al menos en parte por la guerra comercial y los recortes fiscales impulsados por el gobierno.
mar 27 agosto 2019 10:47 AM
Donald Trump recesión en EU autoinfligida
Trump tiene nervioso al mundo con su pelea comercial contra China.

MATT EGAN / CNN

Comienzan a formarse grietas en la economía estadounidense, amenazando con llevar al país a una recesión. Y al menos algunas de esas grietas son autoinfligidas.

El mayor problema que enfrenta la economía de Estados Unidos es una desaceleración que ha afectado a China, Alemania, Corea del Sur y otras potencias manufactureras.

La creciente guerra comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, con China solo ha amplificado la desaceleración del crecimiento global preexistente. Ese problema en el extranjero ha comenzado a infectar a las fábricas estadounidenses, que se están contrayendo por primera vez en una década.

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“Esta podría ser la gota que derrame el vaso”, dijo Gus Faucher, economista en jefe de PNC, acerca de la actual guerra comercial. “Ahora estoy más preocupado por la economía de Estados Unidos que durante toda esta expansión”.

Estados Unidos también está bajando del subidón de 2018 proveniente de los recortes de impuestos de Trump y del aumento bipartidista en el gasto gubernamental. Siempre existió el riesgo de que estimular una economía que ya era saludable resultaría contraproducente al crear un escenario de ‘auge a caída’.

“Se supone que no debes hacer un estímulo hasta que estés en recesión, que es cuando lo necesitas”, dijo Lisa Shalett, directora de inversiones de Morgan Stanley Wealth Management. “Impulsamos la demanda antes de que hubiera una recesión, lo que significa que de hecho podríamos haber causado la recesión”.

Alertas de recesión

Shalett dijo que Estados Unidos probablemente entrará en una recesión en 2020 y advirtió que la economía global podría ya estar en una.

“Es muy, muy probable que la economía estadounidense continúe desacelerándose”, dijo.

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La alerta roja parpadea en el mercado de bonos, donde la curva de rendimiento se ha invertido. Tales inversiones, donde el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años cae por debajo de la tasa del bono del Tesoro a dos años, han sido indicadores confiables de recesión en el pasado.

“El mercado de bonos ya está entendiendo el chiste. El mercado de valores aún no”, dijo Shalett, al predecir una caída del 10% para las acciones eventualmente.

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Aunque Trump dijo el jueves que a la economía de Estados Unidos “le está yendo realmente bien”, la realidad es más mixta y el panorama se ha oscurecido considerablemente.

El punto brillante es el gasto del consumidor, el principal conductor del crecimiento. Impulsados por el bajo desempleo, los hogares continúan comprando.

Sin embargo, el gasto corporativo ha sido débil. Eso a pesar del hecho de que se suponía que la reforma fiscal provocaría una ola de inversión empresarial en artículos creadores de empleo como fábricas, software y equipos.

Lee: Trump y China 'bajan dos rayitas' a su pleito comercial

“Desafortunadamente, vimos un alza mínima a corto plazo”, dijo Lindsey Piegza, economista en jefe de Stifel.

Piegza estima que hay al menos un 50% de posibilidades de una recesión en 2020 en Estados Unidos.

Guerra comercial afecta a fábricas

La manufactura se ha convertido en el hijo problema de la economía . La actividad de las fábricas disminuyó en agosto por primera vez desde septiembre de 2009, según un informe de IHS Markit.

“La guerra comercial lo está exacerbando”, dijo Jeffrey Sherman, coadministrador de cartera del Fondo de Renta Fija DoubleLine Core. “Mucho de esto es autoinfligido”.

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El CEO de DoubleLine Capital, Jeffrey Gundlach, ve una probabilidad del 75% de una recesión antes de las elecciones presidenciales de 2020.

Trump intensificó la guerra comercial a principios de este mes al anunciar planes para imponer un arancel del 10% a 300,000 millones de dólares (mdd) en bienes de consumo chinos, incluidos televisores, teléfonos inteligentes y calzado.

“En el centro de la debilidad está el deterioro en las relaciones comerciales”, dijo Piegza de Stifel.

La manufactura constituye una pequeña parte de la economía general de Estados Unidos. Pero el riesgo es que la tormenta de las fábricas se extienda al resto de la economía. Los recortes salariales y los despidos dañarían el gasto del consumidor.

Las solicitudes de desempleo han aumentado en un promedio de 5% en estados manufactureros clave como Michigan, Pensilvania, Ohio y Wisconsin desde que se impusieron los aranceles estadounidenses a China en septiembre de 2018, de acuerdo con el Bank of America. Las solicitudes de desempleo de Iowa han aumentado 16% en ese lapso.

“En este momento, no estamos viendo condiciones de recesión”, dijo Liz Ann Sonders, directora de estrategia de inversiones de Charles Schwab, en Markets Now de CNN Business. “Pero si ese malestar de la manufactura se convierte en un malestar del consumidor, entonces las posibilidades de que entremos en una o de que ya estemos en una aumentarán”.

¿Qué pasa si la guerra comercial desaparece?

Muchos aún confían en que Estados Unidos evitará una recesión.

“La economía subyacente sigue funcionando bien. La posibilidad de una recesión en el corto plazo aún es relativamente baja”, dijo el presidente ejecutivo de Goldman Sachs, David Solomon, a Christine Romans de CNN Business.

Un fuerte repunte en la fabricación ciertamente reduciría las probabilidades de una recesión. Y eso podría provenir de un poderoso estímulo de China o de una distensión en la guerra comercial.

“Podemos revertir esto”, dijo Sherman de DoubleLine, “si el presidente cambiara de dirección y eliminara los aranceles de la noche a la mañana”.

Aunque la guerra comercial de Trump está causando problemas a la economía global, muchos han defendido el deseo de lograr que China juegue de manera justa en el comercio. El supuesto robo de propiedad intelectual por parte de China y las transferencias forzadas de tecnología tienen costos reales.

“No soy un fanático de los aranceles, pero necesitamos encontrar una manera de presionar”, dijo Solomon.

Lee: Trump responde con aumento de aranceles a importaciones chinas

Se avecina déficit presupuestario de 1 bdd

Del mismo modo, muchos vieron la decisión de reducir las tasas de impuestos corporativos como una forma de hacer que las empresas estadounidenses sean más competitivas a nivel mundial.

Sin embargo, no se cubrió el costo de la ley de fiscal de 1.5 billones de dólares (bdd), lo que provocó una disminución en los ingresos del gobierno. Y Trump ha promulgado acuerdos bipartidistas para aumentar el gasto gubernamental.

Esa combinación de doble impacto equivalió a una fuerte dosis de estímulo fiscal normalmente reservado para una recesión o una desaceleración severa.

La Oficina de Presupuesto del Congreso ahora proyecta que el déficit alcanzará 1 bdd en el año fiscal 2020, dos años antes de lo estimado previamente. El déficit creciente podría dejar a Washington con menos munición para combatir una recesión real.

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“No estoy en desacuerdo con la legislación. Es el momento en que se produce la legislación”, dijo Piegza acerca de la ley fiscal. “Ya estábamos en una trayectoria tremendamente peligrosa”.

Trump ha tratado de echar la culpa de una posible recesión a la Reserva Federal (Fed). El presidente ha criticado reiteradamente a Jerome Powell, su jefe de la Fed seleccionado, por aumentar las tasas de interés. Trump ahora quiere que la Fed reduzca las tasas.

Aunque Powell quisiera dar una segunda oportunidad al alza de tasas final de la Fed, el banco central estaba tratando de evitar que los recortes de impuestos de Trump causaran un sobrecalentamiento de la economía. Y a pesar de esas alzas de tasas, los costos de los préstamos no son elevados.

“Bajar las tasas realmente no va a resolver lo que afecta a esta economía”, dijo Shalett de Morgan Stanley.

'Recesión común y corriente’

La buena noticia es que incluso aquellos que ven una recesión potencial en el horizonte no temen que se repita la última recesión, que fue la peor en una generación.

“Sí va a causar dolor, pero no tanto como la Gran Recesión”, dijo Faucher.

Señaló que el PIB de Estados Unidos se desplomó en 4% desde su pico hasta su mínimo durante esa crisis, o aproximadamente el doble que una recesión “normal”.

Por supuesto, pocos previeron cuán desastrosa sería la Gran Recesión hasta que ya era demasiado tarde.

Una diferencia importante es que los economistas no ven que haya una burbuja épica lista para explotar como las burbujas inmobiliarias y tecnológicas que estallaron durante las recesiones de la última década.

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“Será una recesión común y corriente. No es una crisis o un Armagedón”, dijo Shalett.

Aunque las recesiones pueden ser dolorosas, también son una parte natural del ciclo económico. Las recesiones eliminan los excesos anteriores, preparando el escenario para un crecimiento a más largo plazo.

“Las recesiones no son malas. Hemos vivido muchas recesiones. Es una limpieza que ocurre”, dijo Shalett.

Y esta limpieza podría ser al menos parcialmente autoinfligida.

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