Mientras tanto, Estados Unidos quiere que China implemente cambios estructurales radicales, incluidas reducciones significativas en el papel del Estado en la economía, junto con formas más concretas de proteger la propiedad intelectual extranjera. Los expertos han descartado algunas de las exigencias más drásticas como improbables porque contravienen la manera fundamental de operar del gobierno chino.
Pero Pekín ha indicado en el pasado que está dispuesto a hacer algunos cambios para proteger a las compañías extranjeras que operan en China. En diciembre pasado, por ejemplo, el gobierno prometió implementar nuevas medidas destinadas a preservar la propiedad intelectual extranjera. Una ley que contiene esas normas entrará en vigor el próximo año.
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Según las pautas del domingo, China planea estudiar la necesidad y la viabilidad de elaborar una ley básica para la protección de la propiedad intelectual. El gobierno también dijo que aumentaría significativamente las sanciones por robar propiedad intelectual y que utilizaría tecnología para reprimir las infracciones.
Es probable que esas normas no lleguen al acuerdo de “fase uno” entre los dos países, dijo Michael Hewson, analista en jefe de mercado de CMC Markets en Reino Unido. Pero dijo que la noticia parece “mantener abierta la perspectiva” de más progreso si se firma realmente un acuerdo inicial.
Es probable que el país reciba otro golpe pronto también. Los aranceles estadounidenses sobre otros bienes chinos por valor de 156,000 millones de dólares están programados para entrar en vigor el 15 de diciembre.