Antes del informe el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, había advertido que "los indicadores de alta frecuencia para octubre mostraron una contracción muy importante que llevó a varios analistas a revisar el crecimiento de la economía chilena en más de un punto porcentual para 2019 y 2020".
"Un crecimiento que se anticipaba que subiese en un rango de 2.5% y 3.5% va a tener una revisión a la baja considerable", dijo Werner.
Pocos días antes del inicio de las protestas, el FMI había pronosticado un crecimiento para Chile de 3% en 2020 y de 3.2% en 2021, con una expansión prevista de 2.5% en 2019.
El Banco Central de Chile espera una expansión de entre 0.5% y 1.5% en 2020, según su informe de diciembre.
Mejora Brasil
El FMI destacó que estos recortes en sus previsiones fueron moderados por una revisión al alza de sus proyecciones para Brasil, para quien el Fondo espera una expansión de 2.2% en 2020 y de 2.3% en 2021.
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La entidad explicó la revisión al alza de 0.2% para 2020 por "una mejora en la confianza tras la aprobación de la reforma a la ley de pensiones y a una menor interrupción de las perturbaciones de suministro en el sector minero.
Brasil experimenta una lenta recuperación económica, después de salir en 2017 de una de las peores recesiones de su historia moderna, con dos contracciones consecutivas de su PIB de 3.5% en 2015 y 2016. En 2017, el crecimiento fue de apenas 1%, en 2018 la economía se expandió 1.3% y para 2019 el FMI pronostica una aumento del PIB de 1.2%.
El gobierno de Jair Bolsonaro lanzó desde su llegada al poder en enero de 2019 un programa de ajustes fiscales y privatizaciones, con el fin de recuperar la confianza de los inversores como fórmula para dinamizar la mayor economía latinoamericana, un gigante con 11,6% de desempleo.