A cambio, pidió disciplina al Consejo de Gobierno, el principal órgano de decisión del BCE, que está formado por los jefes de los bancos centrales nacionales de los 19 países de la zona euro y seis miembros del Comité Ejecutivo, entre los que se encuentra la propia Lagarde.
También pidió que los gobernadores dejen de criticar las decisiones tomadas y mantuvieran las disputas internas fuera de los medios de comunicación, presentando un frente externo común, según dijeron a Reuters 11 fuentes, algunas de ellas críticas y otras partidarias del último y controvertido paquete de estímulos del BCE.
Una mirada a sus primeros tres meses en el cargo sugiere que Lagarde está utilizando el acuerdo del castillo de Schlosshotel Kronberg para hacer cambios sutiles pero significativos en la institución más poderosa de Europa.
"El cambio es cultural pero bastante profundo", dijo a Reuters una de las fuentes, que pidió no ser nombrada. "La cultura de la institución influye en la forma en que tomamos las decisiones, por lo que tiene un impacto en la política".
La mayor importancia concedida al consenso ha potenciado el papel del Consejo de Gobierno y ha dado más voz a miembros críticos como Alemania, cuyo aporte puede ser vital cuando llegue la próxima crisis, según la mayoría de las fuentes consultadas, que tienen todas un conocimiento directo del funcionamiento interno del BCE.
Sin embargo, Lagarde también ha dejado claro que el polémico paquete de medidas de estímulo de Draghi de septiembre no se tocará, y ha mantenido a los principales colaboradores de Draghi, arquitectos del plan.
En Europa, el papel del presidente del BCE es extraordinariamente poderoso: respaldado por el Consejo de Gobierno, es el rostro y la voz de la institución, llevando su mensaje a las empresas, a los hogares y a los líderes mundiales.
El BCE y Lagarde se negaron a hacer comentarios. Draghi no respondió a una solicitud de comentarios.
Disidentes
Las reuniones ahora comienzan varias horas antes, lo que deja más tiempo para la deliberación y da tiempo a las autoridades para hablar. En gran medida Lagarde preside el debate, según muchas fuentes, habla relativamente poco y mantiene sus puntos de vista en silencio para fomentar un debate abierto.
"Cuando los gobernadores hablan, ella escucha. Puede que esto no parezca algo importante, pero Mario estaba a menudo con el teléfono o el iPad", dijo una segunda fuente. "Madame Lagarde le dice a la gente que guarde los móviles".
Las propuestas para las reuniones se entregan a los gobernadores con hasta una semana de antelación, añadieron algunas fuentes, no solo horas antes por temor a filtraciones.
Estos cambios han desplazado el poder del estrecho círculo de asesores en los que Draghi confiaba y han dado a los miembros del Consejo de Gobierno más capacidad para dar forma al debate, reduciendo la necesidad de sacar a la luz los desacuerdos.
Todas las fuentes dijeron que consideran a Draghi, conocido como "el hombre que salvó al euro", un magnífico banquero central. Pero su disposición a prescindir del consenso -como en septiembre, cuando impulsó el nuevo paquete de estímulos a pesar de una fuerte oposición- molestó a algunas autoridades de política monetaria, lo que provocó un abierto desacuerdo.
Otra señal del clima de paz es que los miembros del Consejo de Gobierno han aceptado en gran medida la petición de Lagarde de no discutir públicamente la esencia de la amplia reforma de la política monetaria del BCE.