¿Ya estás listo para que te pregunten? A partir de este lunes 2 de marzo y hasta el 27 del mismo mes, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) desplegará un ejército de encuestadores por todo el territorio nacional para realizar el censo de población y vivienda 2020.
Edgar Vielma Orozco, director general de estadísticas sociodemográficas del INEGI, platicó con Expansión sobre la importancia de este ejercicio y la participación de todos los mexicanos.
Porque representa la planificación del país por los siguientes 10 años. La próxima escuela pública o privada, el próximo hospital público o privado, la calle por donde vas a transitar, el alumbrado público o los bomberos que te van a salvar un día la vida. Toda esa estrategia para atender se hace con base en el censo de población.
El mejor censo no es el que tiene alta tecnología, sino el que tiene una alta participación de la población. El INEGI es un facilitador, la verdadera calidad del censo la hace la gente, subrayó el funcionario.
El censo no solamente cuenta personas y viviendas, sino también banquetas, árboles, calles, hospitales, escuelas. Es el único instrumento estadístico que está en la Constitución, en el Artículo 53. Por ejemplo, Google Maps existe en México gracias a la información que proporcionas como ciudadano en el censo. Si pides comida por internet también necesitas del censo.
La información también es útil para la iniciativa privada. Los dueños de empresas y tiendas comerciales, utilizan la información para elegir la ubicación de un negocio o una sucursal. Los negocios que sobreviven es por eso, porque están atentos de lo que produce el INEGi para saber qué es lo que va a funcionar.
El cuestionario ampliado se toma sobre una muestra de 4 millones de viviendas; excepto en 800 municipios con el mayor nivel de rezago, ahí se les aplica a todos.
Tiene preguntas como cuánta distancia recorres al trabajo o escuela. Busca obtener datos específicos de los hogares, por ejemplo, si tienes cisterna o tinaco. Cosas más finas que permiten a la autoridad indagar a mayor profundidad las características básicas de un hogar.
Se estima que para responder el cuestionario básico la gente tardará en promedio 12 minutos, y para el cuestionario ampliado tardará 21 minutos. Si tu hogar no es promedio, por ejemplo, si solo vive una persona, tomará cinco o siete minutos, pero si son 10 personas va a tomar más tiempo.
El 4 de noviembre van a tener los resultados definitivos y, como ocurre en los censos, adicionalmente generamos diversos productos: un panorama demográfico, una plataforma para que puedas operar los datos con mayor facilidad. Lo que se va dando en los siguientes meses tiene que ver con herramientas adicionales para que te sea más fácil entender la información.
La edición 2020 viene con una serie de características que jamás se habían hecho:
2. Si no te encuentran a la tercera, te dejarán una carta invitación para que contestes el cuestionario vía internet –tendrás dos días para que respondas-. Desde tu oficina puedes contestar el censo. Si no tienes internet, llama al teléfono 800 111 4634
3. No hay institución del país que cuide más tu información que el INEGI. Tienes una garantía de 125 años.
El INEGI obedece a la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica que advierte que por ningún motivo ninguna autoridad judicial o hacendaria, ni nadie en lo absoluto, puede tener acceso a la información que tú proporciones”.
Para el censo van a trabajar 205,000 personas para recorrer casi 2 millones de kilómetros cuadrados continentales. Siendo la oficina nacional de estadística, todo lo tomamos con números y cálculos. 205,000 personas fue lo que se consideró necesario para el censo de población 2020.
Se tiene un estimado total de 12,000 millones de pesos. Solo para que se den una idea, Brasil para el año 2010 tuvo un costo por vivienda de 5 dólares, nosotros, 10 años después, va a costar cada vivienda 4.8 dólares.
Se tecnificó todo el proceso. Ya no usamos capturistas, o se usan pero muy poquitos. Estamos saliendo con dispositivos móviles que nos permiten procesar toda la información, es decir, estamos usando todo un proceso industrializado que nos permite hacer más con menos. Se logró operar adecuadamente para este 2020, pero siempre hay que estar alertas de que el INEGI cuente con los recursos suficientes para preguntarte, esa es una premisa fundamental.
Todo el país requiere de una estrategia y un protocolo. Adicionalmente, implica negociación con todo tipo de población para la realización del censo de población. Además, nuestros dispositivos tienen botón de pánico con la finalidad de alertarnos cuando nuestro personal esté en riesgo.
Habrá situaciones en las que, definitivamente, sea imposible. La meta es tener la universalidad de ese conteo. En el caso muy extraño de que hubiera comunidades que no existieran, tenemos imágenes satelitales que nos permite tener una identificación y cuantificación para tener un estimado de cuanta población hay, pero estoy hablando de comunidades muy alejadas y de muy alto riesgo.
Por un control legal y administrativo que tiene el INEGI. El espíritu mismo de la construcción de la estadística radica en el cuidado de la información. El INEGI vive de cuidar la información.
Ningún delincuente se va a poder meter a la base de datos y meter su fotografía. Te pueden engañar porque van uniformados, pero aquí puedes tomar tu celular y ves la fotografía y el nombre de la persona, validados por el INEGI (el entrevistador).
Los encuestadores usan chaleco y sombrero beige con los logotipos del INEGI, una mochila azul y una credencial lo suficientemente grande con nombre, fotografía y holograma.
El número de credencial es alfanumérico. Lo importante es que lo ingreses a la página del INEGI censo2020.mx y puedas tener la identificación de tu entrevistador. Es relevante el número, porque si no es oficial, no funcionará en la aplicación y no aparecerá nada.
Nos autohackeamos, es decir, nosotros provocamos hackearnos a nosotros mismos y, entonces, ir construyendo las medidas de seguridad. Pagamos por hackearnos porque eso es lo que nos permite ir construyendo y elevando los niveles de seguridad que estamos captando.
Por una historia que se remonta a 1787: Estados Unidos cuando se estaba conformando, en su Constitución se dijo que tres años después de emitida la constitución se iba a realizar el censo (1790); además decía que se iba a hacer cada 10 años.
Eso que inició EU, con los años lo empezamos a adoptar también nosotros (México), nos tardamos más de un siglo. Lo hicimos en 1790, siendo la Nueva España, lo intentamos hacer en 1831, lo repetimos en 1856, cuando estábamos en un desorden.
Lo intentamos hacer en 1868, después de recuperar (Benito) Juárez la República –se conoce como el censo de Juárez- y cuando nos empezamos a ordenar como nación, con Porfirio (Díaz) se empieza a regularizar cada 10 años en México, siguiendo la mejor práctica de ese entonces, Estados Unidos.
México se suma a estas rondas censales desde el año 1900, solo en 1920 se interrumpió por la Revolución Mexicana, fuera de eso cada 10 años se ha venido haciendo.
