Mientras que el monto adjudicado por licitaciones públicas disminuyó de 57.7% en 2018, a 46.1% en 2019. El de invitación restringida pasó de 7.4% a 6.2%.
Tanto en el último año de gobierno de Peña Nieto como en el primer año de López Obrador el porcentaje de contratos por adjudicación directa fue mayor a 80%.
“Al igual que en la administración pasada, los procesos de excepción (adjudicación directa e invitación restringida) se mantienen como la regla de contratación del gobierno federal; en 2019, casi uno de cada dos pesos gastados fue mediante adjudicaciones directas e invitaciones restringidas”, informó Pablo Montes, coordinador Anticorrupción en el IMCO.
También se ha visto una reconfiguración en las empresas participantes y ganadoras, en 2019 las 100 empresas que más recursos recibieron acumularon el 41% de los recursos, mientras que en el sexenio anterior este porcentaje no rebasaba el 22%.
En tanto, 66 de las 100 empresas que más recursos concentraron durante el sexenio pasado dejaron de ganar contratos con la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, estas concentraron el 24% de los recursos en 2018, mientras que el porcentaje en 2019 bajo a solo 2%.
Fernanda Avendaño, investigadora del IMCO explicó que la concentración de compras por procesos de excepción obedece a el uso de requisitos técnicos excesivos en convocatorias, la eliminación de competencia por errores de presentación y criterios administrativos, fallas no relacionadas con la calidad del bien o del servicios. La ambigüedad y subjetividad de los fundamentos legales para realizar una adjudicación directa y así, evitar un concurso.