“Las bolsas (de valores) cayeron, el dólar se fortaleció, las monedas de las economías emergentes se depreciaron. Hubo cierta volatilidad, hubo cierto nerviosismo y eso puede afectar las expectativas de inflación y, hasta cierto punto, las expectativas de la actividad económica en su conjunto”, señaló Jessica Roldán, directora de análisis económico de Finamex Casa de Bolsa.
Además de la apreciación del dólar frente a monedas emergentes, como el peso, el anuncio de la Reserva Federal hace más atractivos los bonos del Tesoro de largo plazo, con lo que se produce un efecto de portafolio. “Cuando el mercado empieza a anticipar que pudiera venir una subida de tasas antes de lo esperado, los bonos a largo plazo comienzan a ser más atractivos y hay una recomposición del portafolio de mercados emergentes como el peso, en el caso de México. Entonces, sale del país y entra a Estados Unidos”, explicó por su parte Jesús Garza, profesor del EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
El pesó mexicano cerró la semana pasada con una depreciación de 3.56% (70.7 centavos), para llegar a 20.58 unidades por dólar estadounidense.
Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base, comentó que aunque el fortalecimiento del billete verde comenzó antes del anuncio de la Fed (el 16 de junio), el hecho de que el banco central adopte una postura menos flexible dio un empuje a la moneda.
“Si la gente empieza a esperar que las tasas de interés van a subir antes de lo esperado puede inhibir algunos proyectos de inversión o también podría inhibir la toma de créditos de parte de las empresas o de los consumidores”, dijo Roldán Peña. “Probablemente el mercado esperaba solo un alza en 2023 y anunciaron dos”, agregó.
¿Qué sigue?
La tasa de la Fed es una referencia en el mundo, por lo que la dirección en la que se mueva suele dictar el rumbo que toman otras economías, sobre todo las emergentes, incluida la de México.
¡Escúchanos!
Aunque no se espera que la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) suba la tasa de interés de referencia en la reunión del 24 de junio, hay voces que apuntan a que el banco central debe comenzar pronto un ciclo alcista, como lo han hecho países como Brasil, Turquía y Rusia.
“Soy de los que piensan que el tema inflacionario en México no es transitorio y que ya debería actuar el Banco de México. Hay varios factores: uno es que varios países ya están enfrentando el choque de los commodities sobre su inflación. Segundo, luego de un pico de 6.1% de inflación en abril, el dato de mayo fue de 5.89%, lo que indica que una desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios. Sin embargo, la inflación subyacente no, que creció de 4.3% en abril a 4.37% en mayo”, advirtió Garza, de la EGADE.
La Fed, a diferencia de Banco de México, tiene un mandato dual, es decir, además de mantener controlada la inflación, el banco central estadounidense tiene como objetivo lograr el pleno empleo.