“Para los millennials, Nuevo León aparece como la mejor alternativa con ingresos como empleado por 11,100 pesos en promedio al mes, seguido de Baja California (10,911) y Chihuahua (9,431); la Ciudad de México se ubicó en 4to con 9,329 pesos mensuales. Chiapas, Guerrero y Puebla fueron las entidades con los menores niveles de ingresos en trabajos subordinados con un promedio de cerca de 4,900 pesos al mes”, subraya el reporte firmado por el economista senior de BBVA México, Juan José Li Ng.
El mayor porcentaje del ingreso de los millennials proviene del trabajo subordinado (80.4%), seguido de trabajos en negocios e independientes (8.1%), rentas de la propiedad e intereses (4%), transferencias (3.7%) y otros (3.8%).
Gasto
El gasto, tanto de millennials como de la generación X, se distribuye de la siguiente manera: alimentos dentro del hogar, transporte y comunicaciones, vivienda y servicios, cuidados personales, limpieza y cuidados de la casa, alimentos fuera del hogar, educación; vestido y calzado, salud, esparcimiento y turismo y transferencias de gasto.
Los productos que más consumen son: tortilla de maíz, huevo de gallina, jitomate, refrescos de sabores y leche de vaca; del otro lado de la gráfica se encuentran el chile serrano, zanahoria, chorizo y longaniza, queso fresco y aceite vegetal.
Condiciones laborales
Dado que las nuevas generaciones son menos proclives a permanecer mucho tiempo en un mismo empleo, es preciso que haya ofertas laborales menos específicas y con una menor curva de aprendizaje.
Además, con el afán de disminuir la rotación laboral y aumentar la atracción de talento, las empresas deben considerar opciones como el teletrabajo, flexibilidad en la jornada laboral, trabajos basados en proyectos y objetivos que en orarios; movilidad interna para aumentar las experiencias y contratos con licencias sin goce de sueldo a petición del trabador, recomendó BBVA en el informe.
Del lado del gobierno, en los diferentes niveles, hay esquemas de trabajo anticuados.
Se requiere generar empleos de calidad en regiones prioritarias y, así, generar incentivos para que las empresas inviertan en regiones con bajos niveles salariales; u optar por apoyar la migración interna, por ejemplo, con programas de subsidios para que los jóvenes recién egresados puedan buscar oportunidades en las entidades federativas con mayores ingresos y calidad de vida..
En lo que respecta a la vivienda, se requiere que el sistema hipotecario desarrolle sistemas que se adapten a las dinámicas laborales de las nuevas generaciones y a la población freelance.