Estas tendencias comenzaron a implementarse desde que se dieron las tensiones con Estados Unidos y china, y se intensificaron con la llegada de la pandemia, recordó Amapola Grijalva, presidenta de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China.
“No podemos depender de una sola cadena de suministro. La supply chain tiene que ser esta diversificación y este generador de valor que se mantenga funcional sin importar qué pase y tenemos que aprender a ser tremendamente flexibles. Lo que tenemos que asegurar es que la cadena no se pare”, sostuvo Grijalva.
México tiene un pendiente: el sur-sureste, zona que no se ha desarrollado a la misma velocidad que el resto del país por temas como la falta de infraestructura, capital humano o densidad de población.
También es necesario apuntalar temas como el Estado de derecho y seguridad, pues bloqueos a las vías férreas que se han dado en Michoacán, son un “freno” a las importaciones y exportaciones, pues “no damos las garantías de que podamos tener una logística eficiente y competitiva”, sostuvo Fernando Ortiz.
México-China
Para el gigante asiático, detalló Amapola, México representa tres oportunidades:
1. Preferencia arancelaria: Ahora que Estados Unidos tiene una perspectiva de crecimiento, la preferencia arancelaria para productos terminados ha hecho que México se vuelva atractivo para inversionistas y empresarios chinos.
2. Inversión extranjera directa: México es “el hermano mayor” para América Latina en industrialización, además del manejo de inversiones de capital extranjero.
3. Integración: nearshoring y reshoring pueden ser parte de una misma ecuación. Se puede tener integración de componentes críticos –que lleguen de cualquier parte del mundo- y, al mismo tiempo, compensaciones o intercambios de ir y venir de Canadá y Estados Unidos para hacer ensambles de productos finales.
“No solamente los chinos nos han empezado a tomar muy en serio, sino que hemos tenido un aumento significativo de nuestras exportaciones hacia China”, destacó Grijalva al tiempo de señalar que China es el segundo socio comercial de México y que el año pasado, a pesar de la pandemia, la exportación de alimentos al gigante asiático se triplicó.
Las áreas de oportunidad para atraer inversión están en el agro, el sector eléctrico, electrónico y automotriz; además de una nueva tendencia que apunta a los servicios.