De ahí que productores estadounidenses tengan particular interés en continuar vendiendo maíz transgénico a México.
La titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro, sostuvo el 7 de diciembre que ha sido un tema “de desinformación y de interpretación sobre el decreto” emitido en 2020. La funcionaria explicó que el decreto no prohíbe las importaciones de transgénicos, sino que solo se refiere al maíz, “pero no es cualquier maíz”.
“México es autosuficiente para consumo humano, y todo el maíz que importamos es para forraje o para uso industrial, pero tiene unas condiciones de transición”, precisó.
Dicho periodo de transición terminaría en 2024, pero el gobierno amplió el plazo un año más, es decir, hasta 2025. Agregó que todo lo que se utiliza para consumo, por ejemplo, la fructosa se va a sacar del mercado de manera gradual.
En 2020 y 2021, más de 90% de las compras de maíz que hace México al extranjero son de Estados Unidos.
El año pasado México importó 95.5% (16,662.3 millones de toneladas) de maíz amarillo de Estados Unidos, solo 4.2% (730,484 toneladas) de Brasil y 0.4% (62,995 toneladas) de Argentina.
“Tuvimos una reunión con empresarios norteamericanos y lo que les decíamos es: todo negocio es una cuestión de oferta y demanda; nosotros no tenemos la capacidad en el corto plazo para ser autosuficiente, pero sí queremos una seguridad alimentaria. Ustedes pueden producir lo que México necesita, y ellos estuvieron de acuerdo”, sostuvo Buenrostro.
“Sentémonos a platicar para ver cómo transitamos a lo que necesita y busca México como política pública, que al final del día es: personas más sanas”, añadió.