Patiño también abrió una segunda sucursal durante la pandemia. La emprendedora relata que la planeación comenzó antes de la crisis y como no logró negociar con los dueños del local para reducir la renta, menos para anular el contrato, decidió mantener la estrategia que le dio resultados en su primer restaurante, que abrió cuatro años atrás después vacacionar en la Ciudad de México y notar que hay una importante cantidad de personas que comían fuera de casa.
“Traté de eludir el compromiso de la segunda tienda pero no hubo forma. Los arrendatarios fueron muy insistentes sobre que se tenía que respetar el contrato o me iban a sancionar casi con el equivalente de la inversión. Lo único que pude negociar fue que no me cobraran renta el tiempo que duró la remodelación del lugar”, relata.
Con los cierres por el confinamiento, las dark kitchen fueron uno de los salvavidas de algunas marcas y tuvieron un fuerte crecimiento. Este concepto, que tuvo auge desde 2019, había sido poco explorado en México y que, con los cierres y el crecimiento del delivery, se convirtió en una oportunidad de negocio.
Bajo este concepto de cocinas sin mesas, sillas y marquesinas, nació Gori Gori Ramen. El concepto de este restaurante fantasma es vender 'mexican ramen', es decir, adoptaron la receta familiar de esta sopa y adaptaron los sabores para ofrecer en su menú ramen de birria, camarón, chile morita o habanero.
Sergio Su, uno de los fundadores, cuenta que el emprendimiento inició en la casa de Enrique Pacheco, su socio, y después de que el platillo había tenido éxito entre sus conocidos, además de ser una opción para obtener ingresos durante la pandemia. A un año de iniciar con el proyecto, está dark kitchen creció sus pedidos 200%.
La pasta se sirve en vasos de un litro y puede acompañarse con las bebidas elaboradas por el restaurante. “Cuando empezamos a crear el concepto decidimos que queríamos vender una experiencia divertida, portable. Queríamos ser prácticos y que el ramen estuviera listo para comerse en cualquier parte”, dice.
Los emprendedores coinciden en que una de las claves para que los comensales se conviertan en clientes frecuentes de sus negocios uno de los aciertos fue mantener un acercamiento con sus clientes, conocer sus gustos y preguntarles sus preferencias.
“Las redes sociales nos hacen tener el restaurante de ramen más grande del mundo. Teníamos 6,000 seguidores, ahora tenemos 20,000 seguidores. Las redes son un canal de comunicación directa y permite tener un diálogo más allá de volantear y decirle a la gente que nos consuma”, dice Su.