Así es como el CEO de Uber adopta la reinvención
Laurie Segall
NUEVA YORK - De niño, el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, no era fanático de su propio apellido. Khosrowshahi, quien nació en Irán, se presentaba ante la gente con su alter ego: Darren K.
“Ese era yo averiguando a dónde ir”, dijo recientemente a CNN. “Y ese era yo no sintiéndome cómodo con mi identidad en ese momento”.
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Décadas más tarde, Khosrowshahi, ahora de 49 años, ya está cómodo con su nombre y con él mismo. Ahora también está tratando de sentirse cómodo en lo que podría ser un rol muy incómodo: uno de los CEO de más alto perfil de Silicon Valley, acusado de jugar a hacer una limpieza en Uber en un momento en que las apuestas para la compañía no podrían ser más altas.
Cuando Khosrowshahi dejó Expedia por Uber en 2017, Uber había pasado por más de un año de altibajos. La que había sido una vez una compañía vista como un cohete, una fuerza increíble que irrumpía en el sector del transporte, se había visto empañada por una reputación de ganar a toda costa y de múltiples escándalos, incluido un escándalo de acoso de alto perfil que llevó a muchas mujeres a denunciar el sexismo y la cultura machista en Silicon Valley.
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Pero, según Khosrowshahi, su propia experiencia como parte de una familia que huyó de Irán en 1978 lo ayudó a comprender la reinvención.
“Cuando experimentas personalmente la reconstrucción tras haber perdido todo, te das cuenta de que el miedo no te ayudará de una manera u otra. Y uno no obtiene muchas posibilidades de hacer algo grandioso”, dijo a CNN.
Esa experiencia como inmigrante también lo ha ayudado a guiarlo como presidente ejecutivo durante un tiempo en el cual se les pide a los líderes tecnológicos que tomen posturas morales sobre las políticas, incluida la inmigración. Hacerlo es necesario, pero incómodo, dijo.
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“Esto no es algo que te enseñen en la escuela de entrenamiento de CEO”, dijo Khosrowshahi. “Se trata de un CEO que toma sus creencias personales y las traduce en las acciones de una empresa, porque al final estoy aquí para construir esta empresa. Estoy aquí para servir a nuestros electores, nuestros conductores, nuestros pasajeros, nuestros clientes y, en última instancia, a nuestros inversores. ¿Por qué debería dejar que mis sentimientos personales se interpongan en el camino de la empresa o afecten su dirección? "
Pero esas líneas se están difuminando. Muchos conductores de Uber son inmigrantes que han sido impactados directamente por la política de inmigración del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, y cada vez con mayor frecuencia Uber y otras compañías de tecnología se ven obligadas, por parte de sus empleados y por la presión pública, a tomar decisiones más conscientes acerca de ello y a tomar responsabilidad por aquellos con los que hacen negocios.
“Es parte de la agenda de esta compañía brindar un ambiente de éxito para ellos. Cuando surgen estos problemas que afectan a nuestro negocio, que afectan a nuestros electores, ahí es donde me siento más libre para hablar”, dice.
“Hay veces que deberías guardártelo o mantenerlo solo en la conversación de la cena, pero estas fronteras público-privadas se están difuminando. Creo que es un momento relativamente incómodo para los CEO y que tenemos que descubrir cómo cambiar. Lo estoy descifrando sobre la marcha.
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Khosrowshahi dice que eso significa que hay compañías con las que Uber no hará negocios. No quiso dar nombres, pero señaló hacia lo que dice que son ahora los valores fundamentales de la compañía.
“El valor número uno que escucharán en estas salas es que hagamos lo correcto y punto”, dijo. “Tienes que hacer lo mejor en cada situación. Con suerte, lo haremos más bien que mal”.
Uno de los tropiezos más notorios de la empresa hasta la fecha fue el trato que dio a la exingeniera Susan Fowler, que hizo una publicación de blog en la que señalaba el sexismo profundamente arraigado en Uber.
Ese fue un momento crucial en Silicon Valley, y que provocó un movimiento femenino en toda la industria que se atrevió a denunciar y que jugó un papel clave en la eliminación del antecesor de Khosrowshahi en Uber, Travis Kalanick.
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Cuando le preguntaron qué le diría a Fowler, quien demandó a Uber a principios de este año, respondió: “Creo que diría que hizo bien. Debió haber sido difícil para ella salir así... creo que ella era parte de una ola de cambio que ha sido difícil para esta compañía. Ha sido difícil en todos los aspectos, pero es una ola increíblemente importante. Creo que lo que espero es que podamos terminar lo que ella comenzó”.
Liderar a Uber en lo que podría ser un punto clave para todo Silicon Valley en una serie de temas, incluida la diversidad, significa entrar en conversaciones incómodas que tienen que ser parte de ello. “En última instancia, será algo bueno”, dijo Khosrowshahi.
“Pero cuando estás pasando por periodos de cambios, habrá dolor, y creo que ahora mismo estamos en medio del proceso”.
Mirando al futuro, Khosrowshahi espera un discurso más abierto sobre el movimiento hacia la igualdad en Silicon Valley, aunque se da cuenta de que eso podría conducir a que él y otros cometan errores en el camino.
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“Voy a decir cosas estúpidas, y necesito tener retroalimentación (‘Eso fue una tontería'), aprender, mejorar, y creo que estamos en un punto particular del tiempo donde no tenemos mucho entendimiento de los errores, o de puntos de vista erróneos, especialmente en lo que se refiere al género o la raza”, dijo.
“Y creo que tienes que cometer errores para aprender, así que, si hay algo que desearía es que haya un discurso más abierto... Y que ese discurso nos ayude a llegar a un punto mejor como sociedad”.
La diversidad no es el único problema con el que tiene que lidiar la industria tecnológica actualmente y, en la próxima ola de cambios, la industria debe cambiar fundamentalmente su mentalidad, dijo Khosrowshahi.
“Creo que la hipótesis en el pasado era que estábamos construyendo una plataforma y que hay gente buena y mala, y no somos responsables de lo que hacen en la plataforma”, dijo.
“No quisimos ser responsables porque no queremos ser el censor. No queremos decirles qué decir... Fue una decisión ética”.
Pero en un momento en que las compañías de redes sociales han visto que sus plataformas se utilizan para entrometerse en la democracia y cuando las investigaciones, incluida una de CNN, muestran un número alarmante de clientes que han sido atacados en Ubers, de repente no hay duda de que los mayores jugadores de Silicon Valley tienen que lidiar con sus roles y con las formas negativas en que pueden afectar a la sociedad.
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“Las plataformas se están extendiendo a cada parte de nuestra vida y crean superpoderes dentro de ellas”, dice Khosrowshahi.
“Si comunicas algo en el viejo mundo, puedes hacerlo llegar a cinco personas. Estas plataformas te permiten comunicarte con un millón. Esa materialización ha creado, yo creo, una responsabilidad para todos los constructores de plataformas de asumir la responsabilidad del contenido en su plataforma”.
Para Uber, la responsabilidad significa tomar el control de su problema de seguridad, un problema continuo a medida que la empresa crece. Bajo la gestión de Khosrowshahi, la compañía está invirtiendo millones en seguridad y —después de una serie de agresiones— planea publicar un informe de transparencia sobre seguridad en relación con las agresiones sexuales y otros incidentes que han ocurrido en la plataforma.
Khosrowshahi sabe que tiene muchos desafíos por delante, pero cree que el riesgo profesional que aceptó al asumir el trabajo en Uber ha dado sus frutos.
“Un año después, estoy muy feliz aquí”, dijo.
Y es optimista. Esta era de la tecnología, según Khosrowshahi, se definirá como una de las mayores épocas de cambio, una en la que “las empresas de tecnología realmente entienden que somos uno y estamos entrelazados con la sociedad”.
“Creo que los líderes tecnológicos se convierten en verdaderos líderes y que crecen, y yo estoy en medio de eso”.