La CFE aplica la ‘defensa Telmex’ con su infraestructura
Las críticas vertidas por la nueva dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hacia el modelo derivado tanto de la reforma energética de 2014, como de la apertura del mercado eléctrico desde finales del siglo pasado, recuerdan a los argumentos usados por las empresas de telecomunicaciones de Carlos Slim, lo que refleja una tendencia a fortalecer el poder dominante de la eléctrica nacional, señalan analistas del sector.
La visión de la eléctrica nacional, ahora bajo el mando del experimentado político Manuel Bartlett, choca con la trayectoria que tomó durante el sexenio pasado . El directivo no ha tenido repararos en manifestar que rescatará a la Comisión, a pesar de un marco normativo contrario a los interés de la compañía.
“Lo que queremos es que haya un equilibrio y que realmente pague todo mundo lo que corresponde y no se cuelgue nada más en la CFE, que está haciendo un enorme esfuerzo”, dijo el funcionario en una conferencia de prensa ayer.
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Justo esta idea de los competidores que se “cuelgan” de la red de una empresa hace recordar una de las mayores defensas argumentadas por años por los directivos de América Móvil, la firma que concentra las operaciones de Telmex y Telcel.
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“Las redes eléctricas, energéticas, de transporte de hidrocarburos, de telecomunicaciones, carreteras... todas estas industrias tienen estas características, comparten propiedades (…) y esto nos plantea el problema típico del acceso eficiente a ese tipo de redes”, explica el director de la consultora Víctor Pavón-Villamayor, Oxford Competition Economics.
América Móvil ha sido enfático durante años en pedir a otras empresas invertir en el despliegue de redes de telecomunicaciones, en lugar de obligarlos a través de la regulación a compartir su infraestructura para que la competencia ofrezca servicios, pagando una tarifa que fije un regulador.
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La CFE, en su caso, no tiene competencia en la construcción de redes eléctricas aunque hubiera la intención del sector privado por realizar su propia conexión, debido a que la reforma energética dejó esta parte del monopolio al Estado.
Pero en cuanto a la tarifa que debe cobrar la empresa estatal, sí fortaleció las atribuciones regulatorias para permitir que se fijara con el fin de permitir el acceso a los competidores para llevar la energía que generan –una actividad en la que pueden participar desde los años 90.
“Tiene que existir un árbitro que estudie y dicte las tarifas, porque quien es dueño de la tarifa siempre tendrá incentivos a imponer un precio alto, para evitar la entrada de sus competidores. Pero la competencia siempre querrá pagar lo menos o nada”, explica Pavón-Villamayor.
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Manuel Bartlett ha enfatizado desde su llegada a la Comisión que la tarifa que definió el regulador del sector, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), le impide realizar las inversiones necesaria para su expansión, incluso su mantenimiento. Esto implica que la firma deba dedicar dinero de su presupuesto para estas tareas, que deberían cubrirse con el propio pago.
“La CRE no ha reconocido el costo de estas redes y estamos reclamándole que se reconozca el costo, porque no es una cuestión de simples ganancias que tendríamos derecho a tener, sino es un tema fundamental de seguridad nacional”, dijo funcionario.
Una parte de estas tarifas que no cubre sus gastos vienen de los hogares mexicanos, que no pagan el costo real de la generación, transmisión y distribución de la tarifa eléctrica. Aunque, en este punto, la actual administración de la eléctrica estatal cree que el tema se mitiga con el subsidio que da el Gobierno a los hogares, que este año asciende a 52,000 millones de pesos (mdp), además de otros 28,000 mdp por las tarifas agrícolas.
Lo que no gusta son los otros 50,000 mdp que la CRE no reconoció en la propuesta de la tarifa de la Comisión, debido a que, según su análisis, debían eficientar sus operaciones para gastar menos. Manuel Bartlett rechaza este punto.
“Aquí está el dilema porque qué pasaría si el regulador reconociera los costos que le presenta la CFE. Eso implicaría que la tarifa suba”, dice la ex funcionaria y experta en temas energéticos Rosanety Barrios.
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Así que admitir estas tarifas, en lugar de forzar a CFE a que baje sus costos operativos, también implica el reconocimiento tácito de que la compañía no requiere renovar su parque de generación, que contiene plantas viejas y contaminantes, en lugar de buscar soluciones más eficientes y limpias, añade el ex regulador antimonopolios Rodrigo Morales Elcoro.
“Lo que veo es una CFE que está totalmente confundida entre los intereses corto placistas, en querer hacer todas las funciones y el mandato que tiene de dar un servicio de calidad a los usuarios al mejor precio”, dice el especialista.
Los reguladores en materia de competencia y telecomunicaciones pasaron por un proceso similar al momento de intentar regular el acceso a las redes de Telmex y Telcel para que sus competidores pudieran competir sin la necesidad de construir redes paralelas a las de las firmas de Carlos Slim. Con la entrada de la reforma en telecomunicaciones, la legislación impuso una tarifa cero de interconexión. Las empresas pelearon por años, y apenas en 2017 lograron que la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconociera que sí se debía pagar una tarifa, pero con la restricción de que debía ser el regulador sectorial quien la impusiera.
“Nadie quiere ser regulado, eso se entiende. De manera natural, todo mundo quiere maximizar su ingreso”, apunta Barrios.
La empresa estatal, por ahora, se presenta como la víctima de una reforma energética que la tiene en graves problemas financieros y en vías de su extinción, al quitarle cada vez más clientes. Por eso, ha decidido enfocar sus fuerzas en invertir más en la generación que en la transmisión y distribución.
Pero la Comisión debe recapacitar si lo que quiere es recuperar parte de ese mercado de la generación eléctrica, donde ahora aporta cerca del 50% de la energía que se consume en el país; en lugar de construir una red más robusta para que transite más electricidad generada por privados, a costos más eficientes y con mejores tecnologías, coinciden los analistas.
“Invitaría a que levantemos la voz de que necesitamos transportación y distribución”, dijo titular de la CRE, Guillermo García Alcocer, en un evento el miércoles pasado.
Por ahora, la voz que manda en la CFE suena a la de un ex monopolio que se niega a ceder más terreno.