Según datos de la AMDA, 72% de la cartera automotriz al primer bimestre de 2019 osciló en un nivel de tasas de 12 a 17%, por lo cual Guido Vildozo, especialista de la industria automotriz de la firma IHS Markit, considera que es uno de los mayores factores de presión.
“El incremento en las tasas de interés, donde en un momento dado se podía financiar un vehículo entre 7% a 9% en 2015, comparado con lo que vivimos actualmente, es el motivo primordial por el que el tema del financiamiento se ve impactado", indica. "Si bien hay una situación donde podemos decir que no hay una contracción económica para justificar esta cautela por parte del sector bancario, la cautela en sí viene por parte del consumidor, de que ya se ha hecho un poco caro comprar un vehículo en este momento”.
Para levantar el ánimo de los consumidores, las automotrices han intentado bajar sus tasas de interés e incluso han ampliado los plazos de los créditos hasta a 60 meses, pero esto no resulta atractivo porque los usuarios dan cuenta de la rápida depreciación que sufren sus vehículos, por lo que dejan de pagar.
Aunque la cartera vencida de los créditos automotrices es de las más bajas del mercado (de 1.7% frente a 6% en créditos personales), el costo de recuperar un vehículo para un concesionario es hasta de dos años, por lo que en varias ocasiones se da por perdido el vehículo.