Las pizzerías fueron uno de los pioneros en el reparto a domicilio, un servicio que se ha popularizado mediante plataformas como Uber Eats y Rappi. En los ochenta, varias pizzerías locales en Estados Unidos comenzaron a hacer entregas a domicilio en automóviles, para luego sumarse bicicletas y motocicletas. La competencia salió de las cocinas y restaurantes para estar en las calles y ver quién llegaba antes.
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A quien se le atribuye la creación de la garantía de entregar la pizza en 30 minutos o de lo contrario es gratis es a Domino’s Pizza. La cadena lanzó en los ochenta una agresiva campaña para dar pelea a los negocios más pequeños, prometiendo pizza gratis si el repartidor no llegaba al domicilio antes de ese tiempo. Esto provocó que hubiera una guerra en las calles para llegar a tiempo a cualquier lugar, pero también aceleró el crecimiento del segmento y la mejora en sus procesos, de modo que las pizzas se prepararán rápido y en lugares cercanos para entregar con rapidez.
Para Domino’s, entregar pizzas en poco tiempo sigue siendo uno de sus estándares de servicio. En México y Latinoamérica, Alsea -el operador de la cadena en México- mantiene esta política, pese a que en Estados Unidos perdió vigencia por las múltiples demandas al no cumplir con la garantía de tiempo y los accidentes que llegaban a tener los repartidores por llegar a tiempo.
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En México, la garantía sigue vigente para pizzas regulares y en lugares de fácil acceso. Alsea incluso evolucionó con la entrega a domicilio con Domino’s como laboratorio. Hace algunos años, los pedidos se levantaban vía telefónica con la sucursal más cercana, luego mediante un número que en automático dirigía al consumidor a la sucursal y más tarde con una aplicación en que se verifica la evolución de la orden, desde que se recibe hasta que sale del restaurante, todo en menos de 30 minutos.