A lo largo de la última década, tres administraciones con ideologías económicas totalmente diferentes han determinado la política turística y la han mantenido a flote. El sector es responsable del 8.7% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, que cerrará el año en la séptima posición de los países con mayor llegada de turistas en el mundo y en el 16 por ingresos de visitantes internacionales, según la Organización Mundial del Turismo.
Una década y tres gobiernos: momentos para recordar del turismo en México
Las estadísticas se han mantenido aun cuando los retos del sector fueron (son y serán) los mismos: promoción del país en el extranjero y mayor seguridad en los destinos turísticos. Aunado a esto, algunos hechos específicos marcaron el ciclo natural de la actividad en la última década. Estos son algunos de ellos.
2010 cerró con 23.2 millones de turistas internacionales en el país, según cifras del Banco de México (Banxico), y al cierre de 2018 la cifra fue de 41.3 millones de personas, con base en las estadísticas del Inegi, organismo que retomó la data turística desde finales del año pasado. Tomando en cuenta esta referencia, de enero a septiembre de 2019 el indicador ascendió a 36.5 millones de personas.
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La década inició bajo el gobierno de Felipe Calderón, quien en ese entonces instauró una lucha contra el crimen organizado. Ricardo Montalvo, coordinador de la licenciatura en Administración de la Hospitalidad de la Universidad Ibero, asegura que la percepción de inseguridad que se vivió en aquel momento impactó al turismo.
“Uno de los ejes de la política de Felipe Calderón fue la llamada ‘guerra contra el narcotráfico’, que dejó una percepción de inseguridad en todo el país. Los últimos dos años de su administración que entraron en la década, la entrada de turistas internacionales ascendía a poco más de 23 millones de personas por año, actualmente casi se duplica”, señala.
La Secretaría de Turismo (Sectur) documenta que la ocupación hotelera promedio en el país en 2010 era de 47%, cifra que comenzó a crecer a partir de 2012 para que al cierre de 2018 ascendiera a 57%. De enero a octubre de este año el promedio ya superó el 60%.
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También 2010, Mexicana de Aviación aterrizó permanentemente debido al deterioro financiero que enfrentó la empresa. En ese entonces se suspendieron operaciones por la falta de acuerdo entre sus colaboradores, poca efectividad en las medidas precautorias en medio de su concurso mercantil y falta de pagos a proveedores.
Expansión documentó que la aerolínea podría resurgir, pues los negocios y marcas de Mexicana de Aviación que se encuentran en manos de los trabajadores se encuentran “sólidos”. Exrepresentantes de la aerolínea aseguran que están listos para despegar del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y, eventualmente, de Santa Lucía. “A partir de esa fecha empieza el despunte de las aerolíneas de bajo costo, como Interjet, Volaris, Viva Aerobus y empiezan a crecer”, dice Montalvo.
La llegada de Airbnb hizo que los hoteleros alzaran la voz para calificar a la plataforma como “competencia desleal”, pues exigen que “el piso sea parejo” en relación al pago de impuestos por hospedaje en algunas ciudades. De acuerdo con datos de la misma plataforma, en 2018 el impacto económico que generó la reserva dentro de la aplicación fue de 2,700 millones de dólares. Tan solo en la Ciudad de México, hay 17,229 anuncios de habitaciones particulares.
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De 2011 a 2018 el número de cuartos de hotel se ha incrementado en 24%, según la Sectur. Para el cierre de 2019 la firma de corretaje CBRE tenía contabilizada la planeación aproximadamente 23,000 cuartos adicionales a esta cifra.
“La Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras (ANCH) fuimos los que impulsamos el que se pudiera piso parejo a las plataformas digitales. Fuimos de la mano con la Sectur, el SAT y Hacienda, y ya se encuentra en el diario Oficial de la Federación. Hicimos un estudio y sensibilizamos al gobierno de que estas plataformas sí traen un impacto hacia la formalidad con 6,200 millones de pesos en recaudación”, dice Braulio Arsuaga, presidente del organismo.
Los cambios de política turística se han vistos más marcados con el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, pues se produjo la desaparición del Consejo de Promoción Turística (CPTM), que se encargaba de publicitar la marca México en diferentes partes del mundo. Los recursos destinados a este organismo se traspasaron a la construcción del Tren Maya, uno de los proyectos insignia del gobierno.
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Ambas decisiones han sido duramente criticadas por el sector turístico. Por un lado, quienes se oponen al proyecto del Tren Maya por cuestiones de cuidado al medio ambiente y conservación de áreas naturales más los que no vieron con buenos ojos la eliminación del presupuesto para hacer promoción del país.
“Cuando se dan este tipo de noticias las reacciones son fuertes, pero hoy es momento de hacer una alianza entre gobierno, empresarios y gobierno de los estados para hacer de México un destino con mejor posicionamiento. Estábamos acostumbrados a que papá gobierno todo nos daba y ahora no es que se vaya a dejar de tener apoyo, pero se deben unir esfuerzos”, asegura Ramón Martínez, director general del Instituto de Competitividad Turística.
La cancelación de las obras de lo que iba a ser el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) se produjo tras una consulta ciudadana y, en su lugar, se diseñará un sistema aeroportuario metropolitano que conecte los aeropuertos Benito Juárez (AICM), Santa Lucía y el de Toluca. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) concluyó la liquidación de 692 contratos para la construcción del proyecto inicial por un monto de 75,223 millones de pesos.
“En México debemos escalara en el ranking de competitividad y para ello se debe escalar en el ranking de competitividad y el no tener un aeropuerto como el que se iba a tener no solo le pega a la gente que viaja, sino también a la mercancía que se iba a distribuir”, comenta Arsuaga.