Los desarrolladores de parques industriales están escépticos ante la idea de que los megaproyectos de infraestructura abanderados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como la construcción del Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía o una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, aceleren, por sí solos, la recuperación económica del país.
Los desarrolladores cuestionan los megaproyectos de infraestructura de AMLO
Sergio Argüelles, CEO de la desarrolladora mexicana de complejos industriales Finsa, aseguró que para salir lo más pronto de la recesión económica que dejará el coronavirus COVID-19, se requieren proyectos de infraestructura que estimulen otras actividades productivas como un plan carretero, la apertura a la inversión de generación de energía eléctrica, apoyar al tratamiento de las aguas pluviales y tratadas.
“Para mi el Tren Maya no es lo correcto, ni tampoco estar construyendo una refinería que por sí sola sabemos que no será competitiva a nivel internacional”, dijo Argüelles a Expansión. “En cambio, detonar la inversión en infraestructura permitiría a la industria recuperar algo del terreno perdido en los últimos años y reducir el impacto que implica el freno a las obras por la suspensión de actividades no esenciales que ordenó el gobierno, y que incluye a este sector”, añadió.
Desde hace un par de años la industria de la construcción ha tenido resultados negativos especialmente en las obras de ingeniería civil, como puentes, carreteras y puertos, y de trabajos preparatorios, como cimentaciones, demolición, excavación, por mencionar algunos.
Tan solo en febrero ambos segmentos bajaron 2.2% respecto al mes anterior según datos del Inegi. Comparado con el mismo mes de 2019 la caída fue de 17.1% para las obras de ingeniería civil y de 8.1% para los trabajos preparatorios. La edificación de casas, naves y plantas industriales, inmuebles comerciales cayó 8.2%.
Una pausa en los proyectos
Finsa administra 26 parques industriales, la mayoría en la zona norte del país, la zona del Bajío y la Metropolitana del Valle de México. En estos sitios la compañía atiende a más de 300 plantas manufactureras –entre ellas del sector automotriz– cuyas actividades también fueron declaradas como no esenciales.
Argüelles reconoce que debido a la suspensión y a la incertidumbre que genera la desaceleración económica, sus clientes ya pospusieron proyectos de construcción o ampliación de sus plantas en Querétaro, Nuevo León, Tijuana y Baja California.
“La baja en el PIB nos afecta pues teníamos planeado seguir construyendo nuevos parques industriales y ahora están todos detenidos hasta revisión futura”, dijo.
Según el directivo, Finsa terminará los proyectos que están proceso y autorizados, como las obras de ampliación de empresas que está incursionando en la manufactura de equipo médico y de actividades esenciales.
Este es el caso de una maquiladora textil en Matamoros, en Tamaulipas, que requiere adaptar el layout de la planta para producir cubrebocas, y de una empresa de logística con operaciones en Monterrey, Nuevo León.
Para poder continuar con la construcción de estos proyectos, los constructores del país pidieron a la Secretaría de Gobernación que la construcción de inmuebles relacionados con el sector salud, logística, alimentos, seguridad, entre otros, sean consideradas como esenciales.
El con CEO de Finsa dice que de cara a futuro deberá existir más amplitud en los criterios para casos donde una empresa de construcción pueda comprobar que las obras a desarrollar son para crear infraestructura crítica. “Si tú puedes demostrarlo debería haber flexibilidad (para continuar con las obras)”.