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La solución energética de López Obrador deja tres heridas abiertas en Pemex

El gobierno apunta a reducir la producción de crudo en los campos nuevos y subir la refinación, pero esta estrategia puede generar más pérdidas a Pemex, dicen analistas.
mié 22 abril 2020 05:00 AM
Pemex
Pemex aumentará la refinación, de 800,000 a un millón de barriles.

El plan para afrontar la crisis en los mercados internacionales del petróleo que delinea el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puede terminar dañando a la petrolera estatal Pemex, al obligarla a seguir produciendo en campos viejos y con altos costos, aumentando el procesamiento en su sistema de refinerías, y dejándola vulnerable ante la caída del consumo de combustibles a medida que se endurecen las medidas de distanciamiento social para frenar la epidemia de COVID-19.

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“Pemex está perdiendo dinero en producir y, luego, lo fuerzas a refinar con márgenes de ganancia negativos, para venderlo en un mercado deprimido. Esta parece la guía de qué no se debe hacer en la industria petrolera”, dice Pablo Medina, vicepresidente de la consultora Welligence Energy Analytics.

La administración promete que va reducir la extracción de crudo en los campos nuevos de Pemex para afrontar la actual caída en los precios del petróleo, que han llevado a la cotización de la mezcla mexicana a terreno negativo por primera vez en su historia.

El cierre en campos maduros es más difícil: “Se cierra y lleva tiempo, por falta de presión de los pozos, volver a reactivarlos y sacar petróleo. Entonces, ahora es cerrar y nuestra producción básica (va) para las refinerías hasta que mejore el precio del crudo", dijo López Obrador en su conferencia de la mañana de este martes.

El mandatario, sin embargo, no especificó a qué campos se refiere, ni cuánta extracción pretende sacar del mercado como parte de este movimiento. Pemex invirtió sus fuerzas en sacar un grupo de 20 proyectos prioritarios durante el año pasado, que aportaron apenas 4,000 barriles promedio diario el año pasado, frente a los 1.67 millones que extrajo la petrolera estatal en febrero, y de los 1.72 millones contando el aporte de otros operadores.

El gobierno también se comprometió con los miembros y aliados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) a reducir su ritmo de producción en 100,000 barriles promedio diario para mayo, pero tomando en cuenta el aporte de los privados, por lo que la extracción debe reducirse a cerca de 1.65 millones para cumplir con el acuerdo, que tomó como base la producción de octubre de 2018, que fue de 1.75 millones.

Así que Pemex debe realizar un esfuerzo mayor a sólo frenar la extracción de este grupo de nuevos campos para alcanzar la meta del recorte, dice Medina.

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El 77% de la producción nacional depende 13 campos, mientras que en total se operan 202, según cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La compañía tiene una larga lista de bloques que aportan poco a la extracción y que consumen recursos, sobre todo aquellos que requieren de técnicas de recuperación para seguir con su aporte, los llamados campos maduros, dice Medina.

“Si el objetivo de Pemex es reducir pérdidas, debería recortar en los campos maduros, no hay de otra”, dice el especialista.

Algunos miembros del pleno de la CNH pidieron en su última reunión que las áreas técnicas del regulador analizaran los costos de producción de Pemex en todos los campos, para analizar cómo se iban a llegar a los recortes de 100,000 barriles diarios prometidos ante la OPEP, aunque dejaron ver que no tenían facultades para forzar a Pemex a detener alguno de sus proyectos.

La Secretaría de Hacienda también anunció que Pemex podrá generar un crédito fiscal, es decir, un diferimiento de sus obligaciones tributarias, por 65,000 millones de pesos durante este 2020. Esto puede aliviar las necesidades de efectivo de la empresa, pero no cambia la perspectiva de riesgo que pesa sobre la compañía , explica Medina.

La refinación, las otras dos heridas

La administración también apunta a aumentar el número de barriles que envía a procesar a las plantas de Pemex a un millón de barriles, desde los 800,000 barriles diarios que presumen recibe el sistema en la actualidad, lo que puede causar pérdidas para la petrolera tanto al refinar como a la falta de demanda para sus productos, dice Daniela Flores, analista de la consultora Talanza Energy.

“Es un tema donde tienes una mala oferta de productos y una caída en la demanda. Es un plan que genera un shock por ambos lados”, dice.

Tres de las seis refinerías de Pemex carecen de los equipos para reducir los niveles de combustóleo, un subproducto de estos procesos que de por sí había perdido mucho valor antes de esta crisis debido a sus características de alto contenido de azufre por encima de las normas de combustibles para embarcaciones.

Así que elevar la refinación en el sistema con un crudo pesado y con algo contenido de azufre como la mezcla Maya, la que más abunda en la extracción de petróleo de Pemex, amenaza con incrementar los barriles de combustóleo que se produzcan por cada barril de petróleo, y que varía entre el 20% al 30%.

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“Estamos en un momento en donde dejar de producir no habla mal de ti, pero el problema es que seguimos con una mentalidad donde se trata el tema del petróleo como algo político, y no como algo económico”, dice Flores.

Pemex además elevará su capacidad diaria de refinar gasolinas en medio de un mercado mexicano que apunta a vivir una contracción histórica en el consumo de combustibles una vez que el gobierno ha declarado la Fase 3 de la contingencia por la pandemia del COVID-19 , dice la especialista.

La producción de petrolíferos en las seis refinerías de Pemex promedió 580,355 barriles diarios en febrero, la menor cifra mensual desde al menos 1990, según cifras de Sener. El dato supone una caída del 19% anual respecto a febrero de un año antes y de 18.7% comparado con el mes pasado. La empresa no procesa 1 millón de barriles desde mayo de 2017.

El consumo de gasolinas lleva a una contracción del 40% al 50%, y las nuevas restricciones sociales pudieran elevar esta caída hasta el 80% o 90% como se ha visto en otros países, advirtió Roberto Díaz de León, presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), en una entrevista con Expansión publicada hace dos semanas.

Las calificadoras de riesgo han advertido de las debilidades financieras de Pemex ante el desplome de los precios del petróleo, y las agencias Moody’s y Fitch tienen en grado de bono basura a la deuda de Pemex, mostrando su preocupación sobre la situación de la empresa.

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