“Pemex está perdiendo dinero en producir y, luego, lo fuerzas a refinar con márgenes de ganancia negativos, para venderlo en un mercado deprimido. Esta parece la guía de qué no se debe hacer en la industria petrolera”, dice Pablo Medina, vicepresidente de la consultora Welligence Energy Analytics.
La administración promete que va reducir la extracción de crudo en los campos nuevos de Pemex para afrontar la actual caída en los precios del petróleo, que han llevado a la cotización de la mezcla mexicana a terreno negativo por primera vez en su historia.
El cierre en campos maduros es más difícil: “Se cierra y lleva tiempo, por falta de presión de los pozos, volver a reactivarlos y sacar petróleo. Entonces, ahora es cerrar y nuestra producción básica (va) para las refinerías hasta que mejore el precio del crudo", dijo López Obrador en su conferencia de la mañana de este martes.
El mandatario, sin embargo, no especificó a qué campos se refiere, ni cuánta extracción pretende sacar del mercado como parte de este movimiento. Pemex invirtió sus fuerzas en sacar un grupo de 20 proyectos prioritarios durante el año pasado, que aportaron apenas 4,000 barriles promedio diario el año pasado, frente a los 1.67 millones que extrajo la petrolera estatal en febrero, y de los 1.72 millones contando el aporte de otros operadores.
El gobierno también se comprometió con los miembros y aliados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) a reducir su ritmo de producción en 100,000 barriles promedio diario para mayo, pero tomando en cuenta el aporte de los privados, por lo que la extracción debe reducirse a cerca de 1.65 millones para cumplir con el acuerdo, que tomó como base la producción de octubre de 2018, que fue de 1.75 millones.
Así que Pemex debe realizar un esfuerzo mayor a sólo frenar la extracción de este grupo de nuevos campos para alcanzar la meta del recorte, dice Medina.