A un ritmo lento, pero seguro, la industria turística comienza a dar sus primeros pasos hacia un escenario de reactivación. Con una serie de protocolos de sanidad para vuelos, hoteles y restaurantes, y tarifas promocionales, las empresas del sector buscan dar tranquilidad a turistas nacionales e internacionales, a fin de animarlos a viajar por México.
Destinos seguros, vuelos cortos y tarifas bajas: los nuevos mantras del turismo
En la búsqueda de destinos seguros, los viajes que requieran desplazamientos cortos serán los preferidos por los turistas en el corto plazo. Una encuesta de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés) apunta a que 58% de los viajeros limitarán sus traslados al mercado doméstico, mientras que otra hecha por la plataforma de reservas Booking señala que 51% de los destinos que la gente guarda en sus listas de deseos son dentro de su país, un incremento considerable frente al 33% guardado antes de la pandemia.
Los destinos más buscados por los mexicanos en plataformas de reservas de viaje como Booking, Despegar y Expedia se ubican, en gran medida, en el Caribe mexicano, mientras que Estados Unidos se posiciona como el primero en la lista de destinos internacionales.
Los especialistas consultados opinan que a la hora de elegir un destino, al menos en lo que quede de 2020, los turistas se guiarán por la percepción que les deja cada lugar en materia de sanidad, lo que a su vez será clave para que el sector comience a repuntar.
“La seguridad sanitaria será el nuevo valor agregado del turismo, y un factor clave que marcará las decisiones de los viajeros al elegir el destino, transporte, alojamiento, actividades y tours”, considera Ezequiel Rubin, country manager de Despegar en México.
La seguridad sanitaria también será clave para atraer a los turistas internacionales. Carlos Ozores, especialista de la industria aérea en la consultora ICF, ve en Estados Unidos una oportunidad, considerando que es probable que más estadounidenses opten por viajar a destinos cercanos y conocidos. Y en un vuelo de tres o cuatro horas pueden aterrizar en algún destino de México.
“Pero México en general, y los destinos en particular, deben darle confianza al consumidor extranjero de que no existe riego sanitario. Los destinos que logren esto serán los primeros en recuperarse”, refire.
En cuanto a la elección de alojamiento, los consumidores mexicanos están mostrando una preferencia por los hoteles y resorts, que representan 61% de las propiedades enlistadas en los últimos dos meses, según la muestra de Booking, un aumento importante respecto al promedio global, de 40%.
¿A qué precio?
Mientras que los turistas esperan ver tarifas bajas en vuelos y hoteles, las empresas podrían no estar en posibilidades de ofrecerlas.
Una menor oferta –ya sea por el quiebre de aerolíneas o menos vuelos disponibles– podría poner presión a las tarifas hasta que se recuperen los niveles de oferta.
A esto se suman otros riesgos que las firmas aéreas aún no descartan, como las medidas de distanciamiento social en los vuelos, con lo que deberían dejar los asientos de en medio vacíos, lo que encarecería sus costos operativos y, por consiguiente, elevaría las tarifas hasta en 54%, según la IATA.
No obstante, la competencia acérrima que se espera entre las aerolíneas por atraer a los viajeros podría impulsar una baja en los precios. “Las tarifas aéreas se redujeron en 40% cuando el mercado doméstico de China reabrió”, ejemplifica en un estudio Brian Pearce, economista en jefe de IATA. El problema es que los precios no serán el único factor en juego.
Los especialistas consideran que a diferencia de los vuelos, en el alojamiento la caída en los precios es inevitable. “La presión de la oferta llevará a que los centros de hospedaje bajen sus precios, aunque es deseable evitar esta práctica en lo posible”, explica Ozores.
Las cadenas hoteleras también prevén ajustar sus precios conforme la demanda. La operadora Wyndham, por ejemplo estima arrancar operaciones con tarifas 30% por debajo de los precios regulares, mientras que otras compañías buscarán bajar un máximo de 25% para operar sin pérdidas, por lo que la industria también considera importante dar opciones de pago.
“Las facilidades como el financiamiento, viajes a medida, una amplia oferta y acompañamiento en todo momento, para que las personas puedan seguir viajando de acuerdo con sus necesidades, se vuelven un aspecto clave”, dice Rubin, de Despegar en México.
Aunque los expertos consideran que ofrecer tarifas bajas podría impulsar la demanda en el corto plazo, el riesgo latente de contraer coronavirus será el principal factor disuasorio para los turistas.
“Esta crisis es diferente [a las financieras] porque mucha gente optará por no volar no por un tema tarifario, sino por temor a la enfermedad. Sólo se podrá hablar de una recuperación cuando tengamos una cura para el COVID-19”, considera Ozores, de la consultora ICF.