Entre la retórica y la acción
A diferencia de lo que ocurre en países como Brasil y Estados Unidos, el presidente de México no niega la crisis climática ni la científica, pero sus políticas son contradictorias, expuso a Efe la consultora energética Andrea Arias.
"No vemos que haya realmente un incentivo para el tema de energías limpias, parques solares, eólicos y demás, aunque el Gobierno federal y los documentos oficiales se mantienen en el discurso de que sí lo va a haber, pero de facto no está sucediendo", comentó.
Aunque la Ley de Transición Energética obligaba a México producir el 25 % de su energía con fuentes limpias en 2018, la Secretaría de Energía reconoce que esta proporción es ahora del 24 %.
Solo dos de 30 proyectos del actual Plan Nacional de Desarrollo, enuncia Arias, tienen que ver con la crisis climática y apenas de forma indirecta: el programa de reforestación Sembrando Vida y el rescate del Lago de Texcoco a las afueras de la capital.
Pero la experta resaltó el problema del sector energético, responsable del 70 % de las emisiones.
Destacó la meta de López Obrador de que la petrolera estatal Pemex produzca al menos 2,2 millones de barriles diarios para 2024 y la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas (Tabasco), que emitiría cerca de 20 millones de toneladas de carbono.
También apuntó a las reglas para impedir que los generadores privados de energías renovables compitan con la empresa pública Comisión Federal de Electricidad (CFE), como la modificación de los Certificados de Energías Limpias (CEL) y la nueva política de confiabilidad del Gobierno, impugnada en la Suprema Corte.
"Con esta misma idea que trae el Gobierno federal de regresar su papel preponderante a las empresas productivas del Estado se hacen este tipo de disposiciones que, no nada más parece que no están incentivando las energías limpias, sino que incluso están echando para atrás", argumentó Arias.