En junio de ese año el cambio de rumbo se volvió más evidente. Después de una racha de tensiones con el ejecutivo, resultante de la crítica que lanzó tras las nominaciones para nuevos comisionados, García Alcocer abandonó su cargo argumentando que el nuevo pleno del órgano tenía una visión distinta a la suya, según informó en una carta.
En noviembre pasado el profesor del ITAM fue inhabilitado por 10 años por la Secretaría de la Función Pública por conflicto de interés, tras supuestamente acreditarse que favoreció con permisos para comercializar combustibles a una empresa relacionada con uno de sus familiares, informó en su momento la dependencia.
La salida de Alcocer marcó un hito en la relación de la CRE y sus trabajadores. Muchos de ellos, y no solo mandos altos, decidieron renunciar al organismo derivado del constante ataque hacia las labores del regulador.
“Una de las cosas que me orilló (a dejar el organismo) fue el tema de cómo a través de la figura de García Alcocer comenzaron a pegarle a la CRE (...), te dabas cuenta que ya no estabas ante un escenario de razón, de ideas, sino era un escenario político”, dice un exdirectivo de la Comisión que decidió continuar en la iniciativa privada.
La designación de un nuevo titular llevó cinco meses. En octubre, Leopoldo Melchi, un personaje cercano a la secretaria Rocío Nahle, obtuvo, en una segunda votación, la mayoría en el Senado –con mayoría de Morena– para ser nombrado como comisionado presidente del organismo.
Melchi, formado en Pemex, abandonó la dirección general de gas natural y petroquímicos en la Sener para liderar al regulador.
Los cuatro comisionados llegados en mayo ya habían marcado pauta en el organismo e incluso algunos de ellos admitieron durante sus comparecencias el apoyo hacia Pemex y CFE y su renuencia hacia la reforma energética del sexenio anterior, pero la llegada de Melchi marcó el inicio de una serie de medidas tomadas desde la CRE para reforzar la figura de las dos empresas estatales de energía en el mercado y cambios al interior de la Comisión.
En noviembre, un mes después de su llegada, el regulador vivió la salida de al menos una veintena de funcionarios que ocupaban el cargo de titular de unidad o una dirección dentro del regulador.
La administración de Melchi, según contaron fuentes en su momento, pidió la renuncia a altos mandos y los reemplazó por funcionarios ligados a Pemex y a la Secretaría de Energía.
Así, tres de los cuatro puestos de titulares de las unidades, encargados de la emisión y supervisión de servicios, que conforman la CRE fueron ocupados por personal cercano a las empresas estatales y la Sener. Oleg Kostin, quien ahora lidera la unidad de petrolíferos, dejó una dirección adjunta en la Sener, también en petrolíferos, para unirse al regulador. Carlos Sánchez Lugo, formado en Pemex y en el Instituto Mexicano del Petróleo, llegó a ocupar la unidad de hidrocarburos y Francisco Javier Varela Solís, el titular de electricidad, trabajó desde 1990 en la Comisión Federal de Electricidad, de acuerdo con información contenida en sus declaraciones públicas.
Pero los cambios tras la llegada de Melchi no sólo fueron en el personal. La Comisión ha aprobado una serie de proyectos, sobre todo en materia eléctrica para aumentar la participación de mercado que tiene la CFE.
En los últimos meses, por ejemplo, aprobó un proyecto para limitar que las centrales con contratos de autoabasto –generalmente utilizadas por clientes industriales– adhieran nuevos socios y también dio luz verde para aumentar los costos que pagan generadores privados a la CFE por utilizar la red de transmisión de la empresa eléctrica nacional, conocido como tarifa de porteo.
También dio el visto bueno a dos proyectos que permiten a la compañía dirigida por Manuel Bartlett adquirir energía eléctrica sin recurrir a las subastas, como lo marca la reforma energética. Así, el regulador permitió a la empresa nacional comprar electricidad a plantas propiedad de la estatal que aún no han sido construidas o que estarían próximas a salir de despacho.
La aprobación de proyectos a favor de la CFE no han sido idea del regulador. La empresa dirigida por el octogenario Bartlett presentó una serie de peticiones al regulador para cambiar la dinámica actual del mercado y recuperar participación en el mercado de generación, en el que hace unos años perdió exclusividad.
Pemex también hizo lo propio y la CRE también le ha respondido de manera favorable. Por ejemplo, quitó a Pemex los candados que le habían sido fijados para determinar de manera discrecional el precio en que vende los petrolíferos al mercado mayorista.
La pausa de permisos, tanto para nuevas estaciones de petrolíferos como para nuevas centrales de generación, también han sido parte de las peticiones de las estatales y de las órdenes giradas desde presidencia. Así, el regulador ha pausado la emisión de nuevas autorizaciones. Una pausa que se acentuó con la emergencia sanitaria por coronavirus.
En julio pasado, la Cofece advirtió que el ‘nuevo’ regulador –a partir de mayo de 2019, con los nuevos comisionados– aumentó en promedio tres veces el tiempo en que resuelve las solicitudes para que un nuevo participante se una al mercado de petrolíferos.
En lo eléctrico ha sucedido algo similar, de acuerdo con un análisis hecho por Expansión, el año pasado el número de nuevos permisos a privados se redujo en 75%.