El primer golpe al regulador fue una baja sustancial en el primer presupuesto que le asignó la administración obradorista. El organismo que sumó importancia con la apertura del mercado, derivado de la reforma energética, vio una baja de 28% –equivalente a cerca de 100 millones de pesos– en 2019, lo que causó la reducción de poco más de 300 trabajadores de su plantilla.
El jefe del ejecutivo comenzaba a advertir su postura respecto a los reguladores. Estos, argumenta, cuestan mucho y no han demostrado eficacia. En el caso de los energéticos, dice, han contribuido al “desmantelamiento” de las estatales Pemex y CFE.
Entre diciembre y abril de 2018, tras el inicio del sexenio, cuatro comisionados del regulador dimitieron. Una de ellas, Neus Peniche, dejó el cargo para asumir una dirección en la Secretaría de Energía (Sener), en el que continúa hasta ahora. El resto lo hizo para enfocar sus labores en el sector privado y en organizaciones internacionales.
Las versiones de las salidas son varias: los comisionados vieron una baja en su salario de 50%, como parte de una medida general tomada desde presidencia y que fue bien recibida por los simpatizantes del presidente, y desde la CRE ya se visualizaba un cambio de 180 grados a lo que representó la administración del regulador durante los primeros años de implementación de la reforma energética.
“(Las salidas) no sólo (fueron) por el sueldo, sino por el desgaste que implicaba que en cada declaración acerca de la CRE se hablara mal de los funcionarios. Si no puedes lograr nada, si te van a atacar, si además tu trabajo ya no sirve como servía antes, tenía muy poco caso quedarte a pelear”, dice un ex alto funcionario del regulador que pidió anonimato.
La primera pista en el cambio del rumbo del regulador llegó en febrero de 2019, cuando el presidente envió al Senado sus ternas para ocupar las cuatro plazas vacantes en el regulador. Su selección fue duramente criticada, incluso por Guillermo García Alcocer, quien en ese momento presidía la Comisión, debido a la relación de los nominados con CFE y Pemex y por la ausencia de conocimiento técnico.
Tras dos intentos de votación, ninguno de los candidatos logró la mayoría en el Senado para ocupar uno de los espacios en el quórum. Pero aún así, y pese las críticas, en abril de 2019 el presidente designó cuatro nuevos comisionados: Luis Linares Zapata, Norma Leticia Campos, Guadalupe Escalante y José Alberto Celestinos. Tres de ellos con un pasado en la petrolera estatal Pemex. Incluso el último funge como asesor dentro del proceso de construcción de refinería Dos Bocas, en Tabasco.
Su entrada al organismo marcó un antes y un después en la relación del regulador con el sector privado. Los permisos, especialmente para el mercado de generación eléctrica y nuevas estaciones de venta de gasolinas, comenzaron a autorizarse más espaciadamente en las sesiones del órgano de gobierno hasta llegar a su casi paralización en los últimos meses.