Mata comenta que los fabricantes también optaron por tener sus propias tiendas en línea, y esto también impulsó la participación de las ventas digitales. Este canal de ventas aún tiene espacio para crecer en México, dado que el país aún está por debajo de los niveles de Estados Unidos, a lo que se suma el alza que mantiene la venta de juguetes coleccionables, como figuras de acción o ediciones especiales de algunas sagas, que compran en su mayoría los adultos.
“Ha cobrado mayor importancia desarrollar este tipo de tiendas y es algo que va a tomar más fuerza. (Los fabricantes) se tuvieron que apalancar de este formato para empezar a desplazar los juguetes. Hoy el comercio electrónico ha duplicado la importancia que tenía el año pasado”, declara.
El comercio electrónico no ha parado de crecer. Tomando como base las ventas del año 2017, en 2018 casi se duplicaron, mientras que en 2019 crecieron pero se desaceleraron y en 2020 casi se sextuplicaron. Por otro lado, los segmentos de precios más altos, que incluyen aquellos en promedio mayores a los 600 pesos por juguete, fueron los motores de crecimiento en ventas por valor.
La historia para los jugueteros tiene un lado oscuro, y con los cierres, los fabricantes más pequeños se vieron sobrepasados por las caídas en las ventas y algunos tuvieron que bajar la cortina de forma permanente. Varios de los más grandes optaron por cerrar acuerdos con los bancos y proveedores como parte de sus estrategias para mantener las operaciones.
Con los nubarrones dispersándose, la AMIJU prevé que la industria finalice el año con el 85% de las ventas al nivel de 2019. Por ahora, los jugueteros se alistan para comenzar la producción de fin de año, que es su temporada más fuerte.
“Está por verse si las ventas de juguetes este año nos regresarán al nivel del año 2019. Lo que sí está claro es que los jugueteros tendrán que innovar para lograr su crecimiento durante este año 2021”, sostiene Ismael Mata, de NPD México.