Desde su ala industrial, fabrica lámina en rollo, hoja, cinta y placa, y los discos y foil de papel aluminio y afianzó la incorporación de nuevos productos, a la vez que ha ido abandonando ciertos procesos de valor agregado para ocuparse en productos genéricos, que le han permitido incursionar en otros mercados, como charolas de aluminio para cocinar, empaques para fármacos y envolturas para alimentos, bebidas, dulces y chocolates. Esta estrategia le permitió registrar un crecimiento de 12% en 2020, comparado con 2019.
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En el caso de los productos de consumo, su división más conocida, La Vasconia también ha renovado su portafolio. Aunque la empresa cada año innova en alrededor de 250 productos que salen al mercado, Elizondo señala que el papel de aluminio doméstico es la semilla de la nueva apuesta de negocio, que llega directamente a la mesa y cocina de los consumidores finales, junto con otros 3,500 artículos de 20 categorías, como ollas express, sartenes y parrillas, baterías, utensilios y auxiliares, moldes para repostería o cuchillos y tablas para picar, entre otras.
En el último año, esta división tuvo un crecimiento en ventas de 19%. Un alza que, según el directivo, estuvo apalancada en el reforzamiento de los equipos de ventas, en mejorar la propuesta de servicios y en ampliar el portafolio con productos básicos.
En un entorno de crisis económica, como la actual, la ventaja principal es que el consumidor tiende a regresar a productos básicos y, en consecuencia, la perspectiva de desempeño de dichos productos sigue siendo favorable en el corto y mediano plazo. Los productos básicos son priorizados frente a los especializados y lo último que el consumidor decide bajar del carrito de compra, señala Yanira Reyes, líder de Analytics y Client Delivery de NielsenIQ México, sobre la estrategia.
Otra ventaja es que con productos más genéricos las empresas tienen mayor alcance de consumidores con diferentes características demográficas, usos y hábitos, así como mayor eficiencia en el manejo del portafolio. En un entorno de crisis, el factor precio es determinante en la decisión de compra del consumidor, quien tendrá más de una opción para comparar. “En los productos básicos es donde se da la guerra de precios y promociones más agresivas que podrían erosionar o comprometer los márgenes. Es determinante enfocar esfuerzos y recursos en la diferenciación para poder desafiar a la competencia”, menciona Reyes.