La profunda transformación del sector aéreo ha traído innumerables retos para la industria aérea, pero también una serie de oportunidades que el segmento low cost no piensa dejar pasar.
El terreno ganado por los dos participantes de este segmento en México, Viva Aerobus y Volaris, ha sido notorio y va al alza. Ambas compañías pasaron de concentrar poco más de la mitad del mercado de pasajeros –entre las cuatro principales líneas aéreas del país– a 62% al cierre de 2020, un índice que ascendió a 66% en el primer trimestre de este año. “El mercado de low cost dio un salto cuántico el año anterior a raíz de la pandemia y las contracciones de nuestros competidores”, dice Enrique Beltranena, presidente ejecutivo y CEO de Volaris.
Se refiere a un sector marcado por la salida indefinida de Interjet, que se mantiene en tierra desde el pasado 11 de diciembre y lleva más de un año sin operar en el mercado internacional. A ello se suma la reestructura financiera de Aeroméxico, que, entre otras acciones, le ha llevado a reducir su flota y su personal.
En ambos casos, la presión financiera ha sido un problema, un ámbito en el que las aerolíneas de bajo costo han sacado el máximo provecho de sus modelos de negocio.