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La empresa ha sabido diversificarse de manera oportuna. IEnova ya suma en su portafolio cinco parques eólicos y solares, y dos más en construcción, equivalente a 900 megawatts en operación y 100 megawatts en construcción. Pero también posee otros grandes proyectos encaminados a transportar gas natural –el combustible más utilizado en el país–, como el gasoducto marino Texas-Tuxpan, que fue renegociado en el inicio del sexenio en conjunto con otros seis proyectos de infraestructura.
Ahora, explica, la estrategia de la compañía se basa principalmente en cuatro puntos: un proyecto para exportar gas natural licuado a Asia, sus activos existentes en almacenamiento de productos refinados, sus parques de generación eléctrica a través de métodos renovables y un vistazo continuo hacia nuevas tecnologías.
La compañía ya comienza a explorar nuevas tecnologías, como el hidrógeno y las baterías, algunas de las tendencias que ya siguen otras empresas, sobre todo en países desarrollados. Pero aún no tienen algún proyecto en firme, y mientras tanto, dice Ortiz Mena, la firma aún no puede dar un estimado de cuándo podría adherir estos segmentos a su portafolio.
Pero mientras el futuro llega y la transición energética se acerca, IEnova se concentra en uno de sus grandes proyectos y que podrá traer nuevos recursos a la compañía: la exportación de gas natural desde las cuencas de Estados Unidos a Asia desde su planta Costa Azul, en Ensenada, Baja California. Un plan, que recibió la aprobación regulatoria en diciembre de 2020 y en la que la compañía ha invertido cerca de 2,000 millones de dólares de capital propio y deuda.
La empresa ya tiene un acuerdo con tres firmas para enviar el gas hacia el continente asiático. La administración de IEnova prevé el inicio de producción para 2024 y la operación comercial para un año después.
Pero el gran gasto que ha hecho IEnova también ha traído un efecto negativo a la compañía: en abril pasado la calificadora Moody’s bajó las calificaciones de su deuda a Baa2 (escala global, moneda local) desde Baa1 y a Aa2.mx (escala nacional de México) desde Aa1.mx, con una perspectiva negativa .
“Estamos en una fase de construcción, donde estamos inyectando cantidades importantes de capital en la empresa vía aportaciones de la misma empresa, como de deuda, entonces esta situación de apalancamiento es la que lleva a Moody’s a cambiar la calificación crediticia”, explica su directora durante la entrevista.