“Podríamos clasificar a Zama más como un campo de aguas profundas que de someras, ahí la complejidad”, dice un analista del sector que pide no ser citado. Mulach, el campo que más se asemeja a Zama, dice Medina, no ha logrado ser operado con éxito por la estatal, que no ha logrado ninguna de sus metas de producción de petróleo.
Pemex comenzó con la operación de Mulach en marzo de 2020, y en diciembre pasado llegó a su pico cercano a los 40,000 barriles diarios, pero en los últimos meses la extracción de crudo del campo ha caído en 45% en comparación con su cifra más alta, de acuerdo con los últimos datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), el regulador del sector petrolero.
El porcentaje sobre la propiedad que Pemex afirma poseer sobre Zama también ha levantado una serie de dudas entre el sector. La compañía dijo en su último informe a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) que un informe final hecho por un tercero independiente le atribuía el 50.43% de yacimiento y a Talos el restante 49.57%.
Pero la petrolera estatal nunca reveló la identidad de los expertos independientes y los resultados presentados por la petrolera nacional son muy distintos a los que presentó el consorcio privado en enero del año pasado. Talos afirmó en ese momento que, con base en un estudio de Netherland, Sewell & Associates, el yacimiento Zama se encontraba en un 60% en el bloque donde el consorcio trabaja desde 2015.
"Me apuran las formas. Mientras Talos exhibió un dictamen de Netherland, Pemex lo hizo de un tercero independiente que nadie sabe quién es", dice un abogado del sector que ha pedido el anonimato.
Además, Pemex no ha perforado Asab, un campo aledaño al bloque adjudicado a los privados y cuya perforación era clave para determinar qué porcentaje de Zama le pertenecería a cada una de las partes.
La estatal debía perforar Asab desde diciembre de 2018, de acuerdo con un plan que fue entregado al regulador. Pero Pemex informó hace un mes a la CNH que había descartado la perforación del pozo exploratorio, a pesar de una recomendación del regulador que creía que esta acción podría dar más certidumbre sobre el futuro de Zama.
Y la Sener no ha desglosado los argumentos por los cuales decidió dar la titularidad del yacimiento a Pemex.
En el oficio del 2 julio pasado, en el que la dependencia informa sobre la resolución, la Secretaría de Energía asegura que la CNH resolvió que Pemex Exploración y Producción tiene las condiciones para ejecutar la operación del campo en el corto plazo. Pero la opinión del regulador no fue votada en el pleno del mismo, como suele suceder con este tipo de documentos.
En una breve entrevista con la prensa, Rocío Nahle, la secretaría de Energía, se negó a explicar los argumentos bajo los cuales se basó la decisión de dar la operación a Pemex.
El consorcio de Talos, en el que también están Premier Oil y Wintershall Dea, aún deberá trabajar de la mano con la estatal para presentar un plan de trabajo al regulador petrolero en los siguientes 30 días y las partes también tienen pendiente decidir cuestiones técnicas, como el porcentaje de producción que tendrá cada una.
Pero la decisión no está tallada en piedra, dicen los analistas. Y el megayacimiento aún podrá cambiar de operador, si es que la estatal no demuestra la capacidad técnica y económica para desarrollar el campo, aunque esto no será en el corto plazo.