Pemex estaba pendiente de perforar el pozo Asab, dentro de la asignación contigua al área de Talos, pero la compañía decidió primero perforar un pozo llamada Niquita a unos kilómetros más alejado, por lo que no han mostrado datos sobre el yacimiento.
Talos espera llegar a un acuerdo “en unos meses” pero admite que no existe un tiempo límite cercano para que esto suceda.
La Secretaría de Energía (Sener) ha pedido esta semana a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) que se pronuncie con un dictamen sobre las condiciones técnicas que presentaron tanto Talos como Pemex, y defina si están ante un yacimiento compartido, un paso adelante en este proceso de unificación que aún puede llevar años, explicaron fuentes con conocimiento del asunto, que pidieron no ser citadas.
Pemex busca de manera activa el control de las operaciones en el megayacimiento compartido con el consorcio liderado por la petrolera estadounidense Talos, porque la empresa nacional considera de “interés nacional” quedarse con el control de este descubrimiento para formar un polo de desarrollo con otros campos aledaños de Pemex.
“Pemex en el bloque que está pegado a Zama, no sólo tiene compartido el yacimiento, sino que hay dos yacimientos potenciales, uno que se denomina Nikita, otro que se denomina Chamak, que estamos considerando crear un polo de desarrollo que va a abaratar muchísimo los costos de operación. Por eso creemos que conviene que Pemex sea el operador de este campo”, dijo Octavio Romero, director general de la petrolera nacional, a finales de enero.
Este campo fue el primer gran descubrimiento realizado como parte de los trabajos de las empresas que ganaron contratos gracias a las rondas petroleras organizadas durante el sexenio pasado.
La petrolera Talos Energy, que lidera los trabajos del consorcio en esta área, anuncio a inicios de este año que había concluido la evaluación del yacimiento que se encuentra en el campo donde dijo que el análisis independiente que encargó mostraba que el 60% de los recursos se encontraban dentro del bloque 7 , el que ganaron en la Ronda 1 en 2015.
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Pero Pemex, que no ha realizado las perforaciones para analizar cómo se comporta este yacimiento en su campo Asab, asegura que la mayor parte de los recursos se encuentra de su parte, y que además puede tener mayores sinergias con otros campos cercanos.
La regulación en materia energética prevé un proceso donde ambas partes presentan análisis independientes cuando se cree que existe un yacimiento compartido entre dos campos de dos diferentes operadores. Los trabajos de unificación de yacimientos se iniciaron desde mediados de 2018, y la legislación prevé que en caso de que las compañías no lleguen a un acuerdo sobre quién va a operarlo, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) emitirá una opinión técnica para que la Secretaría de Energía (Sener) tome una decisión final.