Históricamente el país se ha apoyado en las importaciones del combustible por encima de la producción local para cubrir la demanda, pero la caída en las cifras de la estatal han aumentado la dependencia al combustible, que proviene principalmente de Estados Unidos, debido a los bajos precios en el que se ofrece el energético.
Los analistas del sector aseguran que importar el combustible se convirtió en una estrategia viable para el país, debido a la falta de inversión para infraestructura en la petrolera y en ausencia de un plan para recuperar la producción de gas natural, que por años no ha sido una prioridad para Pemex.
Pero esto también ha dejado al país expuesto a las fluctuaciones internacionales en el precio de la molécula, que en las últimas semanas ha desatado cambios recurrentes en el sector, la imposición de precios máximos y la inconformidad de una parte de la cadena de suministro, que incluso ayer realizó un paro en el Valle de México.
Algunas compañías, como la mexicana Jaguar, recibieron algunos contratos para la explotación de yacimientos que contienen gas durante las rondas energéticas, pero los niveles de producción aún son muy pequeños para satisfacer la demanda.
Así, desde 2013 la petrolera cierra cada año con una cifra histórica de producción a la baja. Y los datos de la compañía muestran que este año podría continuar con la misma tendencia. Hasta el primer semestre, la producción registra una caída de 5% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La estatal produce gas LP en sus siete centros procesadores de gas –principalmente, en los complejos de Morelos y La Cangrejera– y sus seis refinerías. Los datos de la empresa muestran que en los últimos dos años los seis complejos de refinación han aumentado su producción debido a la apuesta presidencial por subir su utilización, pero los procesadores de gas muestran cifras a la baja.
Y las compañías privadas han comenzado a ganar mercado. Desde 1960, empresas distintas a Pemex tenían permitido participar en actividades como almacenamiento y distribución de gas LP, pero fue hasta la reforma energética del sexenio pasado que se abrió el mercado a los privados y desde ese año, estos han aumentado su participación de manera acelerada registrando nuevos récords de manera anual, de acuerdo con datos gubernamentales.