“En resultados no nos podemos quejar. En esta época de pandemia tenemos una diversificación de productos muy importantes entonces, aunque algunas divisiones tuvieron caídas importantes, por ejemplo, el fotoacabado (impresión de fotos). Pero también hubo algunas oportunidades para contribuir a ayudar a los hospitales con el tema de la pandemia mediante la división de salud. Normalmente tenemos niveles de inventarios sanos y obviamente (la demanda que registró la división salud durante la pandemia) contribuyó a que tuviéramos crecimientos y hemos ido adoptando nuevas líneas de negocio”, explica el directivo.
Durante la pandemia, los productos de la compañía que tuvieron un mayor auge, fueron la película para rayos X, además de endoscopios, que permiten realizar análisis de sangre para detectar determinadas enfermedades. A esto se suman dispositivos para detectar la neumonía.
Para este año, el directivo espera cerrar con ventas de doble dígito, en línea con los resultados del año pasado, con miras a crecer a un ritmo todavía mucho más acelerado, tras la llegada del negocio de impresoras para oficina en abril pasado.
“Tenemos muchas divisiones aisladas, pero (la filial de México) siempre hemos sido representativos de una gran participación de mercado para Fujifilm en el mundo y eso nos posiciona como el distribuidor más grande y el único en el mundo que distribuye todos sus productos en un mismo mercado", declara.
¿Qué pasó con las cámaras?
Fujifilm vivió el paso de las cámaras análogas a las digitales, pero nunca retiró por completo el papel fotográfico del mercado, incluido el de impresión instantánea. Y con la apuesta por el mercado de la nostalgia al que se han sumado muchas empresas, Fujifilm volvió a posicionarse con sus cámaras Instax, que salieron al mercado por primera vez en 1998.
Entre 2002 y 2004, los modelos que le siguieron fueron las versiones Mini 30 a 50 que fueron incorporando nuevas funciones al clásico modelo Mini de Instax, como exposiciones manuales y automáticas, y fueron aligerando el peso. La Mini 50 ya pesaba 320 gramos. Y fue en 2008 cuando salió el modelo Mini 7s, pero en 2012 esta linea comenzó a tener un nuevo auge con la llegada de la Mini 8, que llevó a un boom mundial.
Pensábamos que la nostalgia por la foto en papel sería algo temporal, pero se ha demostrado que regresó para quedarse
Con Instax, la compañía también ha tenido la oportunidad de combinar la tecnología análoga con lo digital, ya que en algunos casos, además de la impresión, las fotografías también se pueden compartir de forma digital. Cada vez más competidores han optado por regresar a este segmento, después de volcarse hace un par de décadas por la fotografía digital.
“Lo que hemos estado viendo es que van reviviendo los productos y algo que nos hemos encontrado es que para las generaciones que nacieron con lo digital la fotografía no ha perdido esta cuestión mágica. Entonces esta fotografía análoga ha vuelto a generar pasión por lo tradicional, por lo analógico. Es un mercado que incluso cuando volvió a ponerse de moda, pensábamos que era algo más temporal, pero se ha demostrado que regresó para quedarse”, declara Giraud.