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Fujifilm: la japonesa que puso la mira fuera de las cámaras fotográficas

La compañía logró hacer frente a los cambios en el negocio de las cámaras fotográficas subiéndose a la ola digital y con el fortalecimiento de otros negocios, como los dispositivos médicos.
sáb 21 mayo 2022 09:00 AM
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La empresa, que inició sus operaciones en 1930, ahora tiene en el mercado una película que se imprime con láser, una tecnología que le ha abierto la puerta en otras industrias, como la de cosméticos o la medicina regenerativa.

El mercado de las cámaras fotográficas en las décadas de los 80 y 90 era abismalmente diferente al que conocemos en la actualidad. Entonces lo común eran los dispositivos analógicos, los rollos y el papel fotográfico para imprimir las postales, pero conforme las cámaras digitales fueron ganando terreno, los pilares que durante década sostuvieron a la foto de papel fueron desapareciendo del mercado.

Para el fabricante japonés de rollos, cámaras y papel fotográfico, Fujifilm, este cambio significó la oportunidad para fortalecer otros negocios en los que ya tenían presencia, aunque eran menos conocidos que el de las cámaras y los rollos fotográficos.

Enrique Giraud, director general de Fujifilm México, cuenta que si bien, lo tradicional era que los fabricantes de película fotográfica participaran igualmente en la industria cinematográfica, también lo hacían en segmentos que no tenían nada que ver con las cámaras, como el médico. Las radiografías se imprimen en un papel similar al de las fotos. Esto llevó a la empresa a experimentar con desarrollos tecnológicos en otras áreas de negocio a fin de hacer frente a los cambios en el negocio de la fotografía.

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“Fujifilm siempre ha sido una compañía que ha estado tratando de innovar, incluso a mirar tecnologías que a lo mejor en cierto momento han jugado en contra de nuestros propios productos (la compañía vendió también cámaras digitales aunque esa tecnología amenazaba la supervivencia de los rollos fotográficos)”, relata Giraud. "A raíz de todo este crecimiento de mercado, que Fujifilm tuvo con el papel película en el sector médico, no se quedó ahí, sino que empezamos a hacer algunas investigaciones y ya estábamos desarrollando equipos de radiología digital", añade.

Los dispositivos analógicos en general no tenían entonces mucho mercado, a lo que se sumaba el alto costo y que eran de gran tamaño, por lo que la empresa vio una oportunidad de negocio al digitalizarlos, lo que tuvo incidencia en uno de los objetivos clave: había una mayor claridad en la imagen en los resultados.

La empresa, que inició sus operaciones en 1930, ahora tiene en el mercado la película que se imprime con láser, una tecnología que le ha abierto las puertas en otras industrias, como en el desarrollo de cosméticos, fármacos y hasta la medicina regenerativa. En este rubro, relata el director general, ya cultivan células humanas para desarrollar córneas artificiales que son empleadas para realizar los test de prueba de cosméticos, o piel sintética para atender a pacientes con quemaduras.

“La mayoría de los productos de Fujifilm se han ido orientando hacia las industrias (con lo que llega de forma indirecta al consumidor final). Todos los días tenemos contacto con tecnologías desarrolladas por Fujifilm, no solo desde el punto de vista de impresión en la publicidad en los anuncios, sino cada vez que vemos una pantalla de televisión, que cualquier marca usa tecnologías nuestras, o incluso en los celulares”, cuenta. ”Al fabricar este tipo de tecnologías a veces no vemos la marca en los productos, pero definitivamente estamos moviendo el mundo”, señala.

La empresa tuvo una última reestructuración hace un año. Ahora, Fujifilm pasó a tener cuatro divisiones de negocio, desde las tres con las que contaba, para englobar su trabajo en el área de fotografía y óptica, otra enfocada en el cuidado de la salud, la división de materiales –responsable de, por ejemplo, fabricar membranas para separar el gas natural–, y la división de impresoras, que llegó a México a finales de abril y que representa 7,450 millones de dólares en la facturación total de Fujifilm Holdings, solo con las ventas en Asia y Oceanía.

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“En resultados no nos podemos quejar. En esta época de pandemia tenemos una diversificación de productos muy importantes entonces, aunque algunas divisiones tuvieron caídas importantes, por ejemplo, el fotoacabado (impresión de fotos). Pero también hubo algunas oportunidades para contribuir a ayudar a los hospitales con el tema de la pandemia mediante la división de salud. Normalmente tenemos niveles de inventarios sanos y obviamente (la demanda que registró la división salud durante la pandemia) contribuyó a que tuviéramos crecimientos y hemos ido adoptando nuevas líneas de negocio”, explica el directivo.

Durante la pandemia, los productos de la compañía que tuvieron un mayor auge, fueron la película para rayos X, además de endoscopios, que permiten realizar análisis de sangre para detectar determinadas enfermedades. A esto se suman dispositivos para detectar la neumonía.

Para este año, el directivo espera cerrar con ventas de doble dígito, en línea con los resultados del año pasado, con miras a crecer a un ritmo todavía mucho más acelerado, tras la llegada del negocio de impresoras para oficina en abril pasado.

“Tenemos muchas divisiones aisladas, pero (la filial de México) siempre hemos sido representativos de una gran participación de mercado para Fujifilm en el mundo y eso nos posiciona como el distribuidor más grande y el único en el mundo que distribuye todos sus productos en un mismo mercado", declara.

¿Qué pasó con las cámaras?

Fujifilm vivió el paso de las cámaras análogas a las digitales, pero nunca retiró por completo el papel fotográfico del mercado, incluido el de impresión instantánea. Y con la apuesta por el mercado de la nostalgia al que se han sumado muchas empresas, Fujifilm volvió a posicionarse con sus cámaras Instax, que salieron al mercado por primera vez en 1998.

Entre 2002 y 2004, los modelos que le siguieron fueron las versiones Mini 30 a 50 que fueron incorporando nuevas funciones al clásico modelo Mini de Instax, como exposiciones manuales y automáticas, y fueron aligerando el peso. La Mini 50 ya pesaba 320 gramos. Y fue en 2008 cuando salió el modelo Mini 7s, pero en 2012 esta linea comenzó a tener un nuevo auge con la llegada de la Mini 8, que llevó a un boom mundial.

Pensábamos que la nostalgia por la foto en papel sería algo temporal, pero se ha demostrado que regresó para quedarse
Enrique Giraud (Cortesía)

Con Instax, la compañía también ha tenido la oportunidad de combinar la tecnología análoga con lo digital, ya que en algunos casos, además de la impresión, las fotografías también se pueden compartir de forma digital. Cada vez más competidores han optado por regresar a este segmento, después de volcarse hace un par de décadas por la fotografía digital.

“Lo que hemos estado viendo es que van reviviendo los productos y algo que nos hemos encontrado es que para las generaciones que nacieron con lo digital la fotografía no ha perdido esta cuestión mágica. Entonces esta fotografía análoga ha vuelto a generar pasión por lo tradicional, por lo analógico. Es un mercado que incluso cuando volvió a ponerse de moda, pensábamos que era algo más temporal, pero se ha demostrado que regresó para quedarse”, declara Giraud.

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