Un estudio de la consultora alemana Statista de 2016 consideraba que Alemania sería el primer país en desarrollar un coche sin conductor, seguido de Estados Unidos, Suecia y Gran Bretaña. Pero hasta el día de hoy, ninguno lo ha logrado.
Bernardo Baranda, director Latam del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), resalta que los retrasos obedecen a barreras regulatorias, pero sobre todo a que la modernización de la infraestructura no ha avanzado tan rápido como el desarrollo de la tecnología: la implementación de concreto hidráulico en lugar de asfalto, las señalizaciones y las vías alternativas, semáforos capaz de ajustarse al tráfico.
“(La conducción autónoma) no se ha logrado tan prontamente como se esperaba”, asevera en entrevista con Expansión.
Baranda destaca que la automatización podría llegar primero al segmento del transporte de pasajeros. En Europa ya hay algunos ejemplos, como el primer tren para pasajeros movilizado sin ningún conductor en la red ferroviaria de Busigny, Francia, en mayo del año pasado.
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Para José Azcárate, presidente de Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS México por sus siglas en inglés), el desarrollo e implementación de esquemas de movilidad cada vez más inteligentes se ha convertido en una escalera de varios peldaños.
“Hay dogmas a nivel europeo o en países de mayor avance industrial en donde se dice: el futuro del vehículo es eléctrico, el futuro del vehículo es autónomo, pero el mejor futuro es un vehículo eléctrico y autónomo. Es verdad, pero también lo es que en nuestro país la situación va a tener que ser mucho más gradual. Antes de pensar en un vehículo autónomo debemos de resolver muchas cosas más”, concluye.