1.- Reducción de concesiones
En su exposición de motivos, la reforma destaca que pretende recuperar la “rectoría” del Estado sobre los recursos minerales que se encuentran en el subsuelo mexicano, que son del dominio directo de la Nación.
“Se pretende regular el otorgamiento, mantenimiento, supervisión y terminación de las concesiones mineras”, con la finalidad de proteger los derechos humanos al medio ambiente sano y a la salud, así como la preservación de los recursos naturales y el derecho de los pueblos originarios a la preservación de sus territorios.
Por ello, la propuesta contempla disminuir de 50 a 15 años el término de una concesión para esta actividad, con la posibilidad de hacerla prorrogable, por una sola ocasión, hasta por un lapso igual, lo cual pretende “disminuir la especulación de particulares con los recursos de la nación”, destaca el documento.
La Cámara Minera de México (Camimex) ha calificado este punto como “imposible”, ya que, en promedio, las etapas de exploración para detectar un yacimiento de minerales tardan entre 10 y 20 años.
“Esto sin considerar trámites, servicios, edificación de la propia mina, inversiones en el proceso y demás. Es inviable totalmente una situación de estas”, aseveró en conferencia de prensa Jaime Gutiérrez, presidente del organismo.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la etapa de descubrimiento, exploración y factibilidad para un yacimiento, tarda en promedio 12 años y medio, al cual se agregan cerca de dos años para la etapa de planeación del complejo y otros dos años para la fase de construcción. Después de estos periodos, es cuando comienza la explotación.
2.- Explotación de un solo mineral
La ley vigente indica que, con una concesión minera, las empresas pueden explotar la totalidad de los recursos minerales que se encuentren en el lote; por ejemplo, Peñoles en su complejo Capela, en Teloloapan, Guerrero, al tratarse de una mina polimetálica, extrae oro, plata, plomo, zinc y cobre.
La iniciativa pretende eliminar la posibilidad de explotar todos los minerales de la concesión, al proponer que ésta sea otorgada solamente para un mineral o sustancia, lo que “permitirá un mayor control de generación de recursos para el Estado y las comunidades afectadas”, según el documento.
Desde la perspectiva de Gutiérrez, este punto expone un “total desconocimiento” de la industria, puesto que los yacimientos no albergan un solo mineral en su interior.
“Existe un total desconocimiento de la industria como para exigir que solo se den concesiones por una sola sustancia, lo cual es imposible. El mineral que se extrae de las minas viene en conjunto en aleación con otros minerales, sería imposible llegar a hacer esto”, añadió.
De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el oro, cobre, plata, zinc y fierro, son los cinco minerales más extraídos en México, y en conjunto aportan el 87.4% del valor de la producción minero-metalúrgica nacional.