Especialistas consultados advierten que la decisión de la autoridad puede jugar en contra de otras marcas, como Vitacilina, cuya frase que acompaña a la marca es “¡Ah, qué buena medicina!”.
“La de Jarritos es una frase de dominio público que no está prometiendo nada. Con esta medida, parece que ahora hay que tener un slogan con base en estudios de mercado”, dijo Iván García, director creativo asociado en Rojo Colectivo.
Para Ricardo Robles Pelayo, abogado y académico de la Escuela Bancaria Comercial (EBC), la media podría generar, de forma indirecta, un daño para la propiedad intelectual de la empresa, toda vez que la marca es una activo intangible, que en algunas ocasiones tiene mayor valor que sus activos materiales. “Puede dañar a la marca desde el punto de vista del prestigio que pueda tener. Lo que se debe aclarar es la frase, es lo único que debe subsanar la empresa”, declara.
¿Cuándo nació Jarritos?
La empresa se fundó en Guadalajara, Jalisco, en 1950, después de que el químico Francisco "El güero" Hill, experimentó con frutas frescas y agua carbonatada, que dieron paso al primer refresco de la marca: el jarrito de tamarindo.
Una década más tarde, Jarritos ya se vendía en gran parte del territorio mexicano y en 1989 cruzó la frontera a los refrigeradores estadounidenses. En abril de este año, la marca mexicana causó furor, después de que Nike presentó su línea de tenis inspirada en la marca.
Hasta el momento, Jarritos no ha realizado ningún pronunciamiento respecto a la evaluación de Profeco, que se publicó en la Revista del Consumidor.