A decir de las propias aerolíneas, el crecimiento en las ventas se dio por un crecimiento del tráfico de pasajeros –que se elevó 17.1% para Volaris y 22.2% para Viva Aerobus–, que se ha desprendido de un mayor mercado de usuarios.
A la par, las aerolíneas han registrado un incremento en los ingresos por usuarios. La tarifa promedio se elevó un 2.4% en el caso de Volaris, pero sus ingresos por servicios adicionales –como la venta de alimentos y equipaje documentado– se dispararon 20%; en el caso de Viva Aerobus, la tarifa se elevó un 6.9% y los ingresos complementarios se elevaron 38%.
Sin embargo, las aerolíneas tuvieron un periodo de pérdidas, por 71 millones de dólares en el caso de Volaris y 36 millones para Viva Aerobus.
Para José María de las Rivas, analista de Intercam, los gastos para el sector aéreo continúan siendo elevados, principalmente en el rubro de la turbosina, que representa el principal costo para las aerolíneas. El precio del combustible ha aumentado en un menor ritmo, pero no ha dejado de elevarse, lo que mantiene la presión.
“Vimos un incremento en gastos debido al crecimiento natural de las empresas, una mayor capacidad y una necesidad de traer más aviones, esto también ha estado afectando los precios”, dice el especialista.
El costo de crecer se ha traducido en un incremento de alrededor de 30% de los gastos operativos para ambas aerolíneas. En el caso de Viva Aerobus, por ejemplo, ha habido un mayor gasto en intereses debido al crecimiento de su flota, que en el último año ha sumado 13 aeronaves. Para Volaris, los gastos incluso representaron 104% de los ingresos operativos.
Anteriormente las aerolíneas habían optado por trasladar al consumidor parte del incremento del combustible. En los primeros cuatro meses del año, el Índice Nacional de Precios al Consumidor del transporte aéreo se elevó un 38% en promedio respecto al mismo periodo de 2019, e incluso en marzo se disparó un 63% respecto a su nivel prepandemia.
Pero esta estrategia no resulta sostenible en el largo plazo dado que podría afectar la demanda. “Básicamente las aerolíneas necesitan que los niveles de ingreso sigan creciendo al ritmo que lo hacen actualmente, que el trafico siga creciendo; necesitamos una tendencia del combustible hacia la baja”, dice De las Rivas.
A nivel mundial, se espera que el sector regrese al terreno de las ganancias para este año. De acuerdo con el pronóstico de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés), se prevé que las aerolíneas en conjunto tengan 4,600 millones de dólares en ganancias, lo que resulta una notable mejoría en comparación con las pérdidas de 2020, de alrededor de 140,000 millones de dólares.