Los vehículos chinos 'seducen' a las empresas mexicanas

Sigma, que solía recurrir a las marcas estadounidenses, ha empezado a incorporar vehículos japoneses y, recientemente, chinos en su flota de reparto. El año pasado, la empresa filial de Alfa adquirió nueve unidades eléctricas y 11 de combustión interna de la marca china Foton, que entró en el mercado mexicano hace cuatro años.

"Estamos buscando rendimiento y eficiencia económica, y si las marcas emergentes, como Foton, nos ofrecen ventajas en términos de ahorro, estamos dispuestos a abrirnos a la innovación y a confiar en la marca", declaró Antonio Rodríguez Piña, encargado de la adquisición de flotas para la empresa, durante una entrevista con Expansión.

Además de Foton, Sigma también está incorporando vehículos de la marca JAC en su flota utilitaria.

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Grupo Coppel también ha dado sus primeros pasos en la adquisición de vehículos chinos debido, principalmente, a que ha encontrado en estos fabricantes la oferta que mejor se ajusta a sus necesidades.

José Raúl Salazar Ortiz, coordinador de transporte de Coppel, destacó durante una entrevista con Expansión que, a través de pruebas y análisis, han constatado que los vehículos chinos muestran una madurez más consolidada en el ámbito de los vehículos eléctricos en comparación con las marcas estadounidenses o europeas. Además, han entendido la necesidad del mercado de ofrecer vehículos eléctricos a precios competitivos.

La empresa ha estado sometiendo a evaluación 20 unidades eléctricas de reparto de la marca Foton, lo que ha llevado a la firma de un contrato para adquirir 200 unidades adicionales. Esto forma parte de su objetivo de que 50% de su flota, tanto para entregas de última milla como para utilitarios, sea eléctrica para el 2030.

Asimismo, Coppel cuenta con 64 unidades de vehículos JAC y está a punto de concluir la compra de 70 unidades del modelo X350 de JAC.

Los ahorros

Aunque la infraestructura para vehículos eléctricos sigue siendo un desafío en México y los precios de las unidades suelen ser el doble de los vehículos de combustión interna tradicionales, las empresas reconocen ahorros en el costo de operación de las flotillas.

Por ejemplo, el costo por unidad de aquellos que utilizan hidrocarburos se ubicaba en torno a los 700,000 pesos, mientras que un vehículo eléctrico oscila entre 1 millón 500,000 y 1 millón 400,000 pesos. Sin embargo, agregó Salazar, la inversión se amortiza gracias al ahorro en consumo de combustible y la reducción en costos de mantenimiento en comparación con los vehículos de combustión interna.

"Calculamos que, en promedio, el retorno de inversión se produce en 4.2 años, es decir, a partir del cuarto año de operación, nuestras unidades eléctricas comienzan a generar ahorros en comparación con los vehículos de combustión interna", dice.

Eric Ramírez, director de Latinoamérica en la firma consultora Urban Science, sostiene que el éxito de un fabricante en el mercado de flotillas se basa en la combinación de tres factores fundamentales.

El primer elemento crucial reside en un portafolio sólido que pueda satisfacer diversas necesidades de movilidad. El segundo es contar con precios competitivos, mientras que el tercer aspecto es el servicio posventa y el suministro de repuestos, ya que desempeñan un papel crucial en la satisfacción del cliente y la eficiencia operativa.